viernes, 29 de abril de 2011

EL LABERINTO ESPAÑOL. Gerald Brenan


Gerard Brenan (1894-1987)  fue un intelectual  e hispanista británico especialmente reconocido y querido en Andalucía. Incansable viajero, a los 25 años recaló en Granada y se refugió en las  Alpujarras  que le ofrecieron el marco adecuado para sus aficiones, tranquilidad para la lectura y hermosos paisajes donde caminar. En distintos periodos de su dilatada vida residió en Yegen, donde era muy popular y conocido como Don Geraldo. En su madurez residió también en Churriana y Alhaurín el Grande. En este último pueblo malagueño falleció en 1987, a los 92 años de edad, siendo acreedor del cariño del pueblo andaluz y recibiendo el reconocimiento oficial por su labor divulgativa sobre nuestra tierra.
        Su obra es muy variada, escribió poesía, autobiografía, estudios sociológicos y principalmente libros de viajes. Su libro más conocido entre nosotros, “Al sur de Granada” pertenece a este último género, pero su faceta como historiador se me ha revelado tras la lectura del libro que comento hoy.
        Brenan fue testigo de nuestra Guerra Civil y quedó impresionado por su barbarie, pero como buen intelectual se impuso a sí mismo una actitud reflexiva y distanciada que le permitiera estudiar con objetividad las causas del conflicto. Como resultado de su investigación publicó  “El laberinto español”, una indagación sobre los antecedentes sociales y políticos de esta dramática guerra  que condicionó  toda nuestra historia durante el pasado siglo XX y aún hoy condiciona la memoria de los españoles que la vivieron y las sucesivas generaciones afectadas por sus secuelas.
        En este ensayo histórico, Brenan se remonta a nuestro agitado siglo XIX y al conflicto entre la  nueva mentalidad liberal burguesa y la Iglesia; pone el punto de mira sobre la Desamortización de Mendizábal que condujo a una nueva redistribución de la tierra y contribuyó al latifundismo del centro y sur de España generando así la llamada “cuestión agraria”, un problema no resuelto que en su opinión fue uno de las grandes causas del conflicto. Destaca el trauma nacional del 98, el régimen de la Restauración, el papel de la Iglesia y el ejército entre finales del XIX y principios del XX, la irresoluta “cuestión catalana” como oposición entre el centralismo liberal y un nacionalismo catalán tradicionalmente revestido de “victimismo”, y finalmente la corrupción del sistema caciquil y el desastre militar de Marruecos que llevó a la instauración de la dictadura de Primo de Rivera en 1923. Analiza el auge del sindicalismo anarquista y socialista y estudia también otras ideologías como el federalismo o el carlismo. Finalmente el trabajo aborda el triunfo del régimen republicano en 1931, con sus periodos históricos, el inicial constituyente con las primeras reformas importantes, el bienio negro con la llegada al poder de los radicales de Lerroux y la CEDA, la revolución de Asturias y el triunfo del Frente Popular. Hace relación de los partidos de izquierda y derecha enfrentados en la lucha política, los grupos partidarios del golpe militar, entre otros los falangistas, o de la revolución como los comunistas y anarquistas.
Solo  menciono aquí de pasada algunos de los múltiples temas que aborda la obra, tratados todos con el rigor y la objetividad de un historiador que no se limita a la descripción de los hechos históricos sino que se compromete a la hora de destacar los principales factores políticos y sociales que causaron el conflicto sin mostrar por ello el menor indicio de parcialidad.
        Pero lo que sin duda hace diferente este estudio histórico de otros es el sello subjetivo que el autor muestra al analizar el carácter de los españoles. Parece que la obra se hubiera escrito para dar a conocer al público británico y europeo lo que España tiene de singular como pueblo y como nación, y en este aspecto Brenan no oculta su admiración  por nuestras virtudes y comprensión con nuestros defectos. Es verdad que con sus opiniones personales refuerza el tópico de “Spanish is different” pero en su afán de objetividad no duda en remontar la historia hasta la Reconquista y el descubrimiento de América para explicar y buscar el origen de  algunos de los componentes de nuestra idiosincrasia particular tales como el individualismo, el excesivo localismo, nuestro carácter mezcla del orgullo y la ociosidad propios de los hidalgos pobres opuesto a la laboriosidad burguesa más propia del resto de los europeos. También nuestro amor por la libertad, el idealismo a la hora de defender grandes causas, y en el lado negativo nuestro escaso sentido de Estado, lo caótico de nuestra militancia política o la tradicional corrupción de nuestros gobernantes.
        Para terminar; en el momento de su edición en 1943 esta obra fue prohibida en España. Pero la historia, cuando es rigurosa y veraz, siempre acaba por imponerse.


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