sábado, 7 de octubre de 2017

EXTRAMUROS. Jesús Fernández Santos

Jesús Fernández Santos (19269-1988), junto con Ignacio Aldecoa, Rafael Sánchez Ferlosio, Miguel Delibes y algunos más, perteneció a la conocida como  generación de los 50, un grupo de escritores que desarrolló durante la posguerra una narrativa con rasgos estilísticos propios y bien definidos, que se han integrado y resumido en el concepto de  realismo social, o novela social española. Su primera obra, Los bravos (1954), que leí  hace muchos años, me impresionó por el crudo realismo descriptivo y la denuncia de las duras condiciones de vida en una aldea de la montaña leonesa, tras la guerra civil. En ésta que comentamos hoy, quizás la más conocida y premiada del autor, me parece notar una evolución que no sabría definir bien, quizás un estilo más elegante, consecuente con su madurez literaria, pero aún es reconocible aquí esa preocupación social, en la descripción de la miseria y la hambruna del pueblo castellano en contraste con la escandalosa riqueza de los nobles, en un contexto histórico concreto, los comienzos del siglo XVII en tiempos de decadencia del imperio español, durante el reinado de los llamados Austrias menores.
En base a esa recreación de nuestro pasado, Extramuros (1978) ha sido catalogada por la crítica como una novela histórica pero, sin rechazar esta clasificación, creo echar en falta ciertos elementos propios de este subgénero. En primer lugar la ausencia de un narrador omnisciente tan frecuente en este tipo de relatos. Tampoco tenemos aquí personajes históricos que protagonicen la ficción o la cuenten a modo de crónica. Más bien parece que el escritor omita deliberadamente nombres y datos que nos permitan situar la acción en tiempo y lugar concreto. Es solo por sutiles y escasas referencias que podemos fijarla en los primeros años del siglo XVII, durante el reinado de Felipe III y su valido el duque de Lerma, y situarla en la ciudad del mismo nombre, y aún así con alto riesgo de errar en nuestras deducciones.
La novela cuenta la historia de amor entre dos monjas de clausura en un convento acuciado por la miseria y el abandono en tiempos de sequía. En esta situación extrema, una de ellas decide simular los estigmas de Cristo con la complicidad de su amante y este será el condicionante de toda la acción posterior que trascurre de manera lineal, con pequeños saltos hacia adelante, pero sin analepsis o retornos retrospectivos al pasado. La narradora es la propia protagonista, la amante que nos cuenta los acontecimientos en tercera persona y en ocasiones expresa sus propios sentimientos en primera. Se trata de una narradora equisciente, es decir, conoce sólo lo que está viviendo, es protagonista y testigo de los hechos. Con esta estructura narrativa la historia se convierte deliberadamente en subjetiva porque vemos a la amada, la santa, y a los demás personajes, enfocada desde la personal visión y los sentimientos de su amante. 
Estamos ante una auténtica  historia de amor, con los desequilibrios que a veces se manifiestan en el binomio de amante y amada. Un amor más íntimo y espiritual que erótico, impregnado de un misticismo que se impone a la carnalidad, en el que la amante narradora se sacrifica por su amada sin importarle no ser correspondida en igual medida.
En esta historia hay una segunda voz, la de la monja motilona, un especie de criada del convento, que ocasionalmente toma la palabra para describir momentos no presenciados por la narradora. Ésta segunda voz ofrece el contrapunto pragmático frente al idealismo de la protagonista, una especie de Sancho Panza que acompaña y atempera a su quijotesca  hermana.  
El  estilo del relato es sencillo, elegante  y en ocasiones poético, con unos pocos arcaísmos, los suficientes para justificar, en las descripciones y en los abundantes diálogos, un lenguaje que se aproxime al de la época.

En resumen, se trata de una buena novela, interesante hasta el final aunque sospechemos el desenlace. Una historia intimista con elementos de novela histórica que la refuerzan, y con una estructura narrativa bastante original en mi opinión.