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martes, 27 de marzo de 2012

LA MÁQUINA DE FOLLAR. Charles Bukowski


Charles Bukowski (1920-1994) fue un norteamericano de origen alemán, escritor de vocación tardía pero muy prolífico, con una abundante obra que incluye poesía, ensayo, novela, y cuento, entre otras especialidades. Como literato siempre fue una figura polémica.  Algunos le consideran como  representante de las vanguardias literarias y destacaron su autenticidad y la visión satírica  de la sociedad americana que lo ha convertido en escritor maldito; otros lo critican por su lenguaje soez  y  por  una constante reiteración de sus obsesiones personales. Se le ha considerado como miembro del movimiento  conocido como “realismo sucio” que apareció en los años setenta y ochenta del pasado siglo y se caracteriza por  un  minimalismo literario  que conduce a un lenguaje sobrio, conciso y superficial en las descripciones  para  que sea el contexto el que sugiera el fondo de la obra, al tiempo que retrata personajes vulgares de vida convencional.  
“La máquina de follar”, a pesar de lo explícito del título, no es una novela porno-erótica.  Se trata de una colección de relatos breves  de evidente carácter autobiográfico  si se repasa la propia vida del autor. En la mayoría de ellos, el personaje de  Henry Chinaski, alter ego del  mismo, cuenta en primera persona sus experiencias con el sexo y el alcohol  utilizando un lenguaje directo, crudo, deliberadamente obsceno, vulgar y hasta escatológico en la acepción más negativa de este término. Por los cuentos pasan una gran variedad de personajes marginales como prostitutas, borrachos, vagabundos y pervertidos. Seres sin ambición, fracasados y hundidos que viven historias sórdidas y deprimentes en los barrios  más degradados de las grandes urbes como Los Ángeles, en una lucha diaria por la supervivencia. La narración está saturada de inconformismo y  sátira de la ortodoxia moral  de la burguesía americana.  El relato más genial en mi opinión es aquél  en que describe su estancia en un hospital de beneficencia, y  la escena más repugnante es una de pedofilia por la que fue muy criticado  y de la que tuvo que  defenderse alegando  que su obra no es siempre fiel reflejo de sus convicciones.
          Para  terminar, y utilizando un símil gastronómico, un buen lector debe ser curioso y estar dispuesto a probar  recetas originales  pero  cuidado porque este plato  es sólo apto para estómagos fuertes. 

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