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domingo, 14 de abril de 2013

LOS ENAMORAMIENTOS. Javier Marías


Esta última novela del escritor y académico Javier Marías  recibió, tras su aparición en 2011, el elogio casi unánime de la crítica  especializada y parece que tuvo un notable  éxito de público. En el 2012  fue galardonada con el Premio Nacional de Narrativa  que el autor madrileño rechazó  dando pie con su actitud a la consiguiente polémica, ampliamente publicitada, lo  que sin duda ayudo a incrementar las ventas. Y  no obstante, después de su lectura, tengo la sensación de que se ha premiado aqui  la madurez narrativa del escritor  y su trayectoria literaria antes que la novela en sí misma.
         Para comenzar diré que la obra responde a  un cierto gusto por  la mezcla de géneros literarios, algo original y arriesgado pero muy de moda en la narrativa actual. Esto me resulta tan claro que no sabría decir  si  me parece más una novela fracasada por su tendencia a la digresión ensayística o  directamente un ensayo camuflado bajo la estructura de una novela, entendido  aquel no es su aspecto informativo sino en cuanto al tratamiento  y reflexiones sobre unos temas  de forma libre, subjetiva, y con voluntad de estilo literario. 
         Los enamoramientos  se enuncia desde el principio como una ficción narrativa que se puede incluir en el subgénero detectivesco. Para empezar, en las primeras frases se nos avisa ya de la comisión de un asesinato absurdo, una muerte por apuñalamiento “por confusión y sin causa”; una introducción que recuerda mucho  por cierto  al comienzo de “Crónica de una muerte anunciada”, quizás un homenaje premeditado al escritor colombiano.  A partir del delito consumado, María Dolz, la narradora y protagonista nos cuenta  en primera persona su relación con los otros personajes al tiempo que se desarrolla la trama argumental.  Pero también desde el principio el relato se ve interrumpido por  abundantes digresiones de tipo ético o filosófico en torno a varios temas que superan  la ficción narrativa  al tiempo que imprimen un ritmo lento y fragmentario a la acción.  En ocasiones estas divagaciones  casi metafísicas son tan extensas que nos cuesta seguir el hilo del relato. En estas condiciones la historia pierde tensión narrativa y tiende a provocar el cansancio del lector. Afortunadamente, y de forma paradójica,  el libro se salva gracias a  estas   reflexiones que son en realidad el núcleo del mismo y giran en torno a varios ejes temáticos: el estado de enamoramiento, esa enajenación que pone en evidencia lo mejor y lo peor de nosotros; la muerte considerada desde un óptica con matices existencialistas; o los difusos límites de la realidad y la imposibilidad de conocer la verdad o de tener certezas porque hasta nuestras propias verdades cambian con el paso del tiempo.  Estos son los temas que trascienden el argumento y que aprovecha el escritor para envolvernos con su prosa y su estilo elegante y sencillo al mismo tiempo, que toca nuestra experiencia y sensibilidad más que  nuestra razón y nos hace cómplices de lo que dice porque en ocasiones todos hemos sentido lo mismo. Son estas  reflexiones  las que mantienen nuestro interés  y no la ficción que parece destinada sólo a ser  la excusa que las motiva y las justifica. Una ficción además relativamente previsible incluso en su final.  La única crítica que se me ocurre es  la evidencia de cierto grado de reiteración  en estas divagaciones  y por tanto la sensación de que a la novela le sobran  cien páginas.
         No quiero ser más explícito  en lo referente a la trama  novelesca, si diré que gira en torno a dos triángulos amorosos que se superponen.  Tampoco conviene serlo en cuanto a  los temas que son motivo de reflexión subjetiva e intimista y que el autor pone en boca de la protagonista.
         En resumen, teniendo en cuenta lo dicho hasta aquí, pienso que se trata de un interesante experimento narrativo  a condición de que el lector quiera y consiga superar los esquemas  tradicionales  de la novela, porque considerada exclusivamente  como ficción novelesca me parece un  rotundo fracaso.

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