En la
programación musical de nuestra ciudad no podía faltar el tradicional Concierto de Navidad, esta vez tan
retrasado en fecha que casi coincide con el de Año Nuevo. No es la primera vez
que la agrupación coral Cantoría de Jaén
y su coro filial, la Escolanía,
ofrecen este concierto anual, hasta ahora ubicado en el marco ambiental que le era más
propio, la S.I. Catedral de Jaén. Este año han estado acompañados por la Haynd Orquesta,
una joven agrupación de alumnos y profesores de Conservatorio, y se ha ofrecido
en el Infanta Leonor de Jaén con una estupenda respuesta de público que
prácticamente saturó el aforo del teatro. La colaboración entre ambas agrupaciones
se ha traducido en un programa con obras típicas del repertorio
sinfónico-coral, pero también en numerosos arreglos especiales para esta ocasión que
han procurado dar acompañamiento instrumental a piezas del repertorio navideño exclusivamente corales.
En
este tipo de conciertos se intenta ofrecer una perspectiva histórica de la
música sobre este tema, desde las obras clásicas del barroco hasta los
villancicos españoles o las canciones tradicionales anglosajonas. Esa misma
intención se expresaba en el subtítulo del programa de mano, La historia
cantada; pero en esta ocasión el repertorio clásico ha sido claramente
reducido en favor de las piezas más modernas y conocidas, más propicias a la
colaboración y el arreglo musical o quizás una concesión a lo popular, siempre
más atractivo para el público.
El
concierto se inició con una selección del oratorio barroco El Mesías de Haendel
(1685-1759), comenzando por la Obertura, la conocida pieza
exclusivamente orquestal de la obra, con su solemne andante inicial en tempo
lento seguido por un allegro en tono más vivaz, que fue bien
interpretada por la Hayndn Orquesta. Siguieron dos piezas corales de la
misma obra, para terminar con el célebre y espectacular Aleluya para coro y orquesta. Como inciso debo
indicar que el coro de la Cantoría estaba francamente desequilibrado porque las
voces femeninas doblaban en número a las masculinas y eso restó solemnidad y
brillantez a los pasajes en los que éstos responden y son el contrapunto de
aquellas.
El
programa siguió con el conocido Adeste
fideles un himno de finales del siglo XVIII, de autoría incierta y texto en
latín, que se cantaba en el momento de la bendición durante la misa de Navidad.
A continuación se interpretaron dos popurrí o mezclas, una de villancicos
españoles y otra de temas tradicionales ingleses. Me dio la impresión que el
acompañamiento instrumental en ambos casos tenía claras resonancias que
recordaban al norteamericano Gershwin, con predominio de metales y aires
de ragtime. En mi opinión, resultaba adecuado en la segunda mezcla pero
algo disonante en la primera. Sin duda, lo más original del programa fue la
pieza que se interpretó entre esos dos bloques, con el sugerente título de El
tambolero, en la que el coro cantó el popular villancico El tamborilero mientras
la orquesta acompañaba con el ritmo y tempo básico del Bolero
de Ravel. En esta ocasión, la conjunción de canto y música tan dispares
resultó sorprendentemente armoniosa.
En
una especie de intermedio, los niños de la Escolanía cantaron una
composición de la directora del coro, Cristina García de la Torre, y se
unieron así a la Cantoría en el resto de las piezas del programa que
siguió su desarrollo final en clave anglosajona con el tradicional White
Chismas para terminar con el Happy Chrismas (War is over) de John Lennon,
interpretado por coros y un solista que no sobresalió demasiado. Sí fue más
interesante la pieza interpretada entre esas dos, una versión instrumental de Caroll
of de bells de Leontovych, en la que destacó como solista la primera
violinista.
En
el bis, la orquesta interpretó de forma extemporánea la conocida Marcha
Radetzky, colofón del Concierto de Año Nuevo, con un público encantado
aplaudiendo al compás. En fin, un buen remate de estas fiestas y un agradable
recuerdo que añadir al fantasma de las Navidades Pasadas.
Muy acertado tu descripción y valoración, como siempre.
ResponderEliminarGracias Carli, más o menos son las sensaciones que todos tuvimos durante el concierto y comentamos después
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