viernes, 16 de noviembre de 2018

SERGIO ALBACETE. FLAMENCO PROJECT


El II Festival Flamenco Ciudad de Jaén, de corta trayectoria que deseamos exitosa, se ha iniciado este año con un recital de jazz fusión a cargo de Sergio Albacete Flamenco Projet, un grupo encabezado por el conocido saxofonista e integrado además por un percusionista,  un guitarra bajo y un tercer músico a cargo de guitarra flamenca y otros tipos de guitarra acústica. El evento forma parte de un nuevo proyecto interpretativo de este músico jiennense que se ha convertido en figura indiscutible del jazz en nuestra provincia. He tenido la suerte de asistir a muchos de sus conciertos en los últimos años y creo que ha alcanzado una encomiable madurez interpretativa. Me llama la atención su curiosidad a la hora de indagar en nuevos terrenos musicales y la capacidad para fusionarlos con el jazz. En ese aspecto es un músico versátil, capaz de versionar a Tchaikovsky cuando incide en la clásica o, como ahora, al enfrentarse a Camarón en la fusión con el flamenco.
         El concierto comenzó con piezas que ilustran la inspiración flamenca, o española en las composiciones de músicos de jazz internacionales, con títulos tan sugerentes como Pasionaria o El Quijote. Le sucedieron después piezas de fusión, con temas de Paco de Lucía, Camarón o Chano Dominguez, y terminó con un arreglo del tema central de la película Cinema Paradiso, un homenaje al músico italiano Ennio Morricone.
         El recital resultó muy equilibrado en la alternancia de temas melódicos con otros de predominio rítmico, y todos los interpretes destacaron en sus correspondientes solos, con un mayor papel de la guitarra acústica. En esta ocasión Sergio Albacete abandonó el saxo en favor de la flauta y el clarinete. Y fue en los solos de éste último instrumento cuando no dejó literalmente asombrados ante una ejecución magistral, tan brillante que supo transmitir al público esa vibración emocional indefinible de quien siente profundamente el jazz, lo que él tradujo a términos coloquiales como el subidón. 
      Otra grata sorpresa fue el auditorio del Museo Ibérico, de pequeña capacidad, en torno a 150 asientos, pero diseñado con un estupenda acústica, muy adecuada para este tipo de eventos. Porque el jazz, en mi opinión, se escucha mejor y llena más en ambientes recogidos antes que en los grandes aforos.

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