martes, 27 de abril de 2021

EL VENGADOR DEL RIF. Fernando Marías



        En varias ocasiones he reconocido no estar al tanto de la actualidad literaria. En mis preferencias siempre ha prevalecido el interés por la historia, los clásicos de todas las épocas y siempre por autores muy conocidos. Por eso, agradezco a mi club de lectura la oportunidad de descubrir obras y autores que nunca hubiera elegido por iniciativa propia. Esa es, entre otras, una de las principales ventajas de este tipo de asociaciones. Y este es el caso del escritor Fernando Marías Amondo (1958) que, desconocido para mí, no es un recién llegado al panorama narrativo español porque a estas alturas cuenta con una considerable producción galardonada, entre otros premios, con el prestigioso Nadal.

martes, 20 de abril de 2021

HERMANO HITLER Y OTROS ESCRITOS SOBRE LA CUESTIÓN JUDÍA. Thomas Mann

    El comentario de hoy trata sobre uno de esos libros perdidos en los anaqueles de mi biblioteca, adquiridos sin mucho interés, casi por accidente. En ocasiones, alguno atrae mi atención, entonces limpio sus lomos de polvo y lo rescato del olvido con una mezcla de curiosidad y esperanza de encontrar una pequeña joya oculta, aunque ese milagro literario no siempre se manifiesta. Este libro en concreto pertenece a una edición de bolsillo y a una colección de libros que, con el sugerente cartel de “Literatura prohibida”, se vendió adjunto a un diario que ahora ha reducido su tirada a la edición digital.

viernes, 16 de abril de 2021

MEDITERRÁNEOS. Rafael Chirbes

    La literatura de viajes es un subgénero narrativo que, en su indudable atractivo, mantiene plena vigencia desde tiempos remotos hasta nuestros días, que es tanto como decir desde Homero a Javier Reverte. Es además una especialidad conceptualmente amplia que acoge tanto el viaje real como el ficticio, la frialdad de la crónica junto al relato más subjetivo e intimista.

sábado, 10 de abril de 2021

TODO LO QUE SE LLEVÓ EL DIABLO. Javier Pérez Andújar

    En base a mi experiencia lectora, he llegado a una conclusión que vengo repitiendo en sucesivos comentarios. Y es que, lo que hace un libro interesante para el lector es el equilibrio entre el fondo y la forma del relato, entre el tema tratado y la estética o la estructura de la exposición, en suma, entre lo que se cuenta y el cómo se cuenta. Así, una historia mediocre puede resultar atractiva gracias a una brillante narración que la justifique. Pero esa adecuada conjunción entre la idea trascendente y el arte narrativo, que es la esencia de la buena literatura, puede desequilibrarse en sentido inverso a lo anterior. Ocurre cuando un tema interesante o emotivo se desarrolla mediante un relato cuya estructura o estética no consigue conectar con el lector, o al menos lo desinteresa. En mi opinión, algo de esto último ocurre con la novela que hoy comento.