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sábado, 16 de agosto de 2025

EL INFINITO EN UN JUNCO. Irene Vallejo

    En 1580 Michel de Montaigne publicó sus Essais creando así una nueva categoría literaria. Desde entonces este subgénero narrativo ha mantenido sus dos rasgos principales, subjetividad del escritor y voluntad de estilo. Por su variedad temática los ensayos se han dividido en múltiples tipos, histórico, político, científico, literario, etcétera. En sus comienzos fueron textos breves, pero ahora predominan los extensos. En los últimos años algunos filólogos historiadores y científicos han publicado ensayos divulgativos que son un extracto de sus tesis doctorales o tratados más profundos. La intención de salir del reducido ámbito académico y comunicar con el gran público parece loable, pero no siempre el resultado es satisfactorio, porque pasar de un lenguaje erudito a la sencillez narrativa no está al alcance de todos los autores.

viernes, 3 de enero de 2025

LA BELLA OTERO. Carmen Posadas

Hace ocho años tuve ocasión de leer una novela de Carmen Posadas (1953) por encargo de mi club de lectura. Su título Hoy Caviar, mañana sardinas (2008), y a su comentario remito en una entrada de este mismo blog (miércoles, 17 de febrero de 2016 2016). En aquella ocasión redacté una crítica desfavorable sobre el libro, que califiqué de prejuiciosa porque era la primera novela que leía de esta autora. Ahora, con este nuevo encargo de mi club, creo que aquellos prejuicios se aproximan a certezas.

viernes, 2 de febrero de 2024

CUNNUS. SEXO Y PODER EN ROMA. Patricia González Gutiérrez

    Hace décadas que los historiadores aprovechan su formación académica para divulgar historia, adornada de ficción, mediante la novela histórica. Un buen ejemplo de estos pueden ser Juan Eslava Galán o Santiago Posteguillo. De otra parte, los novelistas procuran hacer verosímiles las suyas mediante una buena documentación de los hechos. En los últimos años aprecio un nuevo fenómeno que me agrada: Se trata de aquellos historiadores, con amplia formación y experiencia académica, que deciden resumir y divulgar mediante el ensayo lo que de inicio fueron tesis doctorales o complejos trabajos de investigación. He leído muchos de esos estudios destinados a un público de aficionados y reconozco que no siempre he estado a la altura, pero en general han enriquecido mis conocimientos.

domingo, 1 de octubre de 2023

CATÁBASIS.EL VIAJE INFERNAL EN LA ANTIGÜEDAD. Miguel Herrero de Jáuregui

Dentro del género didáctico, el tratado puede considerarse, por su carácter preciso y exhaustivo, un caso opuesto al ensayo, o si se quiere un caso extremo del mismo. El estudio que hoy comento me atrajo por el tema y una portada sugerente. Su lectura ha enriquecido mi conocimiento de los clásicos grecolatinos. Pero debo reconocer que me he sentido superado porque, dado su carácter filológico, exige un buen dominio del griego y el latín, lenguas propias de las humanidades, ausentes en mi educación científica. 

lunes, 31 de julio de 2023

ETIMOLOGÍAS PARA SOBREVIVIR AL CAOS. Andrea Marcolongo

La etimología es otra más de mis aficiones inútiles. Hace mucho tiempo que siento fascinación por el origen de las palabras y la evolución de su significado con el paso del tiempo. Me gustaba aquella comparación con los seres vivos, en el sentido de que nacen, cambian y también mueren. Por eso no he podido resistirme a este ensayo cuyo título presagiaba ideas interesantes en el ámbito de una divulgación asequible a los que no somos expertos en materia lingüística.

lunes, 10 de julio de 2023

LA UTILIDAD DE LO INÚTIL. Nuccio Ordine

La lectura es siempre generosa en dones. Nos entretiene y evade de la cruda realidad. Satisface la curiosidad y nos forma. Modela nuestros conocimientos y creencias hasta un punto en que podemos ver reflejada en un libro nuestra propia personalidad. En concreto me refiero a esas lecturas de madurez en las que compartimos con el escritor sus pensamientos, incluso los más íntimos, y las ideas en torno a la experiencia de vivir, que son también las nuestras. En esas contadas ocasiones tengo la sensación de verme en un espejo. Hace treinta años, en medio de mi primera crisis vivencial, la tuve leyendo los Ensayos de Michel de Montaigne, y ahora con este corto ensayo de apenas cien páginas vuelvo a tenerla.

miércoles, 8 de junio de 2022

EL MAR NEGRO. Neal Ascherson

 



        Como sanitario, el término etiología siempre tuvo una especial significación en mis estudios. Ahora me gusta aplicarlo en sentido general, como análisis de las causas, y en particular a la historia, porque los sucesos del presente suelen tener complejas relaciones con otros del pasado próximo o remoto.

lunes, 28 de marzo de 2022

LOS ÚLTIMOS DESEOS. Andrés Ortiz Tafur

        La naturaleza y la vida rural han sido desde antiguo fuente de inspiración literaria. Baste citar dos insignes ejemplos: El poema de Horacio que comienza con el verso “Beatus ille…” y la “Oda a la vida retirada” de Fray Luis de León. Ambos poetas eran hombres de ciudad y utilizaron el elogio de lo simple y natural como velada crítica a la política y el poder, en el caso del romano, o como ascesis místico en el humanista de la escuela salmantina. El caso de Andrés Ortiz Tafur (Linares,1972) es distinto. Su valiente retirada al relativo aislamiento de la Sierra de Segura parece un auténtico giro copernicano desde su pasado de urbanitas. La absoluta adhesión a los valores éticos y estéticos de una vida sencilla impregnan toda su obra, y es tan sincera e intensa que implica al lector, porque es bien sabido que el apostolado siempre sucede a la fe. Quizás sea excesiva esta comparación religiosa, pero en el sentido antes citado, algo de intención didáctica encuentro en esta colección de textos que hoy comento.

miércoles, 29 de diciembre de 2021

EL IMPERIO ESPAÑOL: DE COLÓN A MAGALLANES. Hugh Thomas

La historia contemporánea de España ha sido foco de atención de toda una pléyade de historiadores británicos e irlandeses. Entre ellos merecen ser citados Paul Preston, Raymond Carr e Ian Gibson. Hugh Thomas (1931-2017) fue uno de los más eminentes de esa generación de hispanistas. En su juventud recibió una esmerada educación en las mejores universidades y destacó por sus trabajos históricos. Fue premiado reconocido por su libro The Spanish Civil War (1961), fruto de dos años de investigación y entrevistas con los supervivientes. A partir de éste, escribió también sobre la historia de Cuba, desde el periodo colonial a la revolución castrista. Entre sus últimos trabajos destaca una trilogía sobre la Edad Moderna Española, en la que estudia la unificación de España y su expansión colonial, el reinado de Carlos V y el de Felipe II respectivamente.

jueves, 25 de noviembre de 2021

SI ESTO ES UN HOMBRE. Primo Levi

    En el análisis de este libro renunciaré a comentar detalles de estilo literario o criticar la ausencia de los mismos, porque el impresionante documento que son estas memorias no necesita de artificio o recurso alguno. Es también literatura y puede incluirse en el género del ensayo, pero es ante todo testimonio vivo, memoria que debe ser conservada, más aún en estos tiempos de revisionismo histórico y negacionismo de holocaustos. En efecto, asistimos al resurgir de nuevas y solapadas ideologías totalitarias que se inspiran en aquellas otras de hace casi un siglo y hacen gala de sus símbolos al tiempo que se empeñan en borrar las huellas de sus genocidios. 

jueves, 18 de noviembre de 2021

PORQUÉ NO SOY CRISTIANO. Bertrand Russell


 

    Se ha considerado a Bertrand Russel (1872-1970) como uno de los últimos grandes filósofos del siglo XX. Pero en su dilatada vida fue mucho más; educador, matemático, escritor, liberal, activista político y pacifista. Sus méritos fueron reconocidos con el Premio Nobel de Literatura en 1950, y en una entrada anterior a esta hice un resumen de sus muchos logros en distintos campos de la ciencia y las humanidades, por lo que no voy a insistir en los mismos.

jueves, 30 de septiembre de 2021

VIDA DE UNA GEISHA. Mineko Iwasaki


         El libro que hoy comento es una especie de secuela de otro anterior. Me refiero a Memorias de una geisha (1997) de Arthur Golden conocido, quizás por muchos, gracias a la exitosa versión a la pantalla producida por Steven Spielberg, que en 2005 obtuvo varios premios entre otros tres Oscar, uno de ellos al mejor diseño de vestuario.

domingo, 4 de julio de 2021

DICCIONARIO DE LOS SENTIMIENTOS. José Antonio Marina/Marisa López Penas

Desde que puedo recordar, siempre he sentido un gran interés por las palabras de ahí mi afición a la lectura, aunque no puedo aclarar que fue primero en esa relación de causa-consecuencia. Durante mi primera infancia, en los tebeos de épicas aventuras medievales, me intrigaba el significado exacto de términos como alfeñique, malandrín o badulaque, aunque los intuía como insultos hacia los malvados moros. Con mi primer diccionario escolar sufrí, como otros muchos niños, la desilusión de encontrar la definición gallina joven cuando buscaba el significado de una de aquellas palabras que inocentemente llamábamos picardías. En el bachiller me interesó mucho la etimología, el origen de muchos términos de nuestro idioma en las lenguas clásicas y el árabe. Por fin, durante el curso de mis estudios de medicina, esos conocimientos me resultaron útiles porque a base de prefijos y sufijos griegos y latinos se podían definir muchas enfermedades y síntomas.

martes, 20 de abril de 2021

HERMANO HITLER Y OTROS ESCRITOS SOBRE LA CUESTIÓN JUDÍA. Thomas Mann

    El comentario de hoy trata sobre uno de esos libros perdidos en los anaqueles de mi biblioteca, adquiridos sin mucho interés, casi por accidente. En ocasiones, alguno atrae mi atención, entonces limpio sus lomos de polvo y lo rescato del olvido con una mezcla de curiosidad y esperanza de encontrar una pequeña joya oculta, aunque ese milagro literario no siempre se manifiesta. Este libro en concreto pertenece a una edición de bolsillo y a una colección de libros que, con el sugerente cartel de “Literatura prohibida”, se vendió adjunto a un diario que ahora ha reducido su tirada a la edición digital.

viernes, 16 de abril de 2021

MEDITERRÁNEOS. Rafael Chirbes

    La literatura de viajes es un subgénero narrativo que, en su indudable atractivo, mantiene plena vigencia desde tiempos remotos hasta nuestros días, que es tanto como decir desde Homero a Javier Reverte. Es además una especialidad conceptualmente amplia que acoge tanto el viaje real como el ficticio, la frialdad de la crónica junto al relato más subjetivo e intimista.

lunes, 8 de junio de 2020

LEONORA. Elena Poniatowska


Este libro me ha ofrecido la oportunidad de disipar dudas en torno a dos subgéneros literarios cuyos límites conceptuales no siempre son claros. Me refiero a la biografía, derivada del ensayo, y la novela biográfica, una especialidad del género narrativo. Ambas tratan sobre la vida y hechos de un personaje histórico contados por el biógrafo o novelista. Se diferencian en algo fundamental; la primera tiene una clara pretensión de objetividad aunque el juicio del escritor sea a menudo un factor subjetivo a considerar; por contra, en la novela biográfica predomina el elemento de ficción. Por sus características, ésta última puede ser más amena, en cambio el interés por la biografía dependerá de nuestra curiosidad hacia el personaje y/o el conocimiento previo de su ubicación histórica.
         Pues bien, en base a lo dicho hay que aclarar que estamos ante una biografía, por más que en la sinopsis promocional se califique de novela sin añadir ningún epíteto aclaratorio. Y debo reconocer que mi interés era ciertamente escaso al comienzo de la lectura porque de Leonora Carrington (1917-2011) desconocía hasta el nombre, y del mundo de la pintura y literatura surrealista en que vivió tengo escasas nociones. En cambio, la escritora Elena Poniatowska (1932) está ampliamente documentada sobre el personaje y su entorno, como lo demuestra la extensa bibliografía final. Además ambas coincidieron en México en la época comprendida entre las décadas de los 40 y 60 del pasado siglo, un periodo de especial esplendor cultural en ese país gracias a la generosa acogida que procuró a muchos intelectuales y artistas españoles exiliados de la guerra civil, y después europeos que huyeron de las atrocidades del régimen nazi durante la guerra mundial.
         Como se ha dicho, Leonora (2011) cuenta la historia de Leonora Carrington, una rica heredera inglesa, rebelde ante las convenciones de su familia y clase social, lo que le llevó a rechazar todo tipo de ataduras religiosas y políticas. Con una imaginación desbordante y muy influenciada por la mitología celta, gracias a los cuentos infantiles de su niñera irlandesa, entró en el círculo de los surrealistas franceses cuando con 20 años se enamoró del pintor Marx Ernst que tenía 47. Ambos fueron amantes hasta 1939 cuando él fue deportado a un campo de concentración a principios de la guerra. El carácter inestable de Leonora y el choque emocional al sentirse abandonada la llevó a un brote esquizofrénico y a su confinamiento en un sanatorio de Santander donde fue tratada con los medios de la época, en particular la terapia convulsiva con Cardiazol, un hecho que marcaría un punto y aparte en su vida. A partir de ahí, la huida a México, el reencuentro con los exiliados surrealistas, dos matrimonios y dos hijos y sobre todo su consagración como pintora con un estilo muy especial que tiene distintas influencias; la mitología celta y maya, las pinturas del Bosco, el mundo de “Alicia” de Lewiss Caroll, la interpretación onírica propia del psicoanálisis y la exaltación del subconsciente o inconsciente típica de los surrealistas.
         El personaje de Leonora, tal y como nos lo muestra la escritora, tiene pues dos periodos bien definidos. Una infancia y juventud rebelde pero también caprichosa y extravagante y siempre protegida por el dinero de su familia en los momentos difíciles. Más que pintora fue la bella musa de los surrealistas. Sintió una admiración casi sumisa en su relación con Max Ernst. Es en su etapa mejicana cuando adquiere su auténtica dimensión, se hace responsable de su vida, se libera de ataduras en su producción pictórica y  gana experiencia gracias a su relación con un sinfín de artistas y literatos. En sus relaciones amorosas pasa de la alocada exaltación de la juventud a un plácido escepticismo en el que ella lleva las riendas. Por cierto, si hemos de creer a la biógrafa, Leonora siempre tuvo una fijación simbólica con el caballo, ella misma decía ser una yegua, algo que puede tener una interpretación psicoanalítica, como no, de tipo sexual.
         Una de las especialidades de Elena Poniatowska es la biografía de reconocidas mujeres quizás como expresión de su compromiso con la causa del feminismo, entre otras opciones progresistas sociales y políticas. Su faceta como periodista le hace experta en un tipo de literatura calificada como testimonial y marcada por la entrevista y eso se nota en la estructura de esta obra. El narrador es en tercera persona para resaltar la objetividad. En el relato hay una total ausencia del recurso al monólogo interior lo que disminuye la profundidad psicológica del personaje. Aunque no hay constancia de la fórmula de preguntas y respuestas, las reflexiones que se recogen, al igual que los hechos relatados, aportan una sensación de recuerdos personales obtenidos en una entrevista.
         Como telón de fondo ambiental en la vida de Leonora, aparecen los hechos más destacables en el México de esas décadas. La progresiva corrupción de los herederos de la revolución mejicana, el sincretismo religioso de los indígenas, la revuelta estudiantil y la matanza de Tlatelolco en el 68 o el terremoto de 1985.
         En fin, la biografía va de menos a más. Desde un personaje que parece algo odioso al principio, hasta la plenitud final con una interesante reflexión en torno a la muerte que se presenta de forma surrealista como una joven y nueva amiga de la anciana pintora. Una advertencia para los interesados en este libro, poco versados como yo en el entorno artístico de la historia. Conviene informarse de forma paralela a la lectura sobre el surrealismo y algunos de los personajes que influyeron en su vida, además visualizar las pinturas de Leonora. Algo fácil con nuestros actuales medios telemáticos.
        


martes, 25 de febrero de 2020

EL GIRO. Stephen Greenblatt


Son muchos los lectores que muestran cierto prejuicio hacia el ensayo. Reconocen el propósito didáctico de este género literario y piensan que tendrán que enfrentarse a una exhaustiva pero aburrida exposición y análisis de los conocimientos sobre un determinado tema. En suma, asimilan los conceptos de ensayo y tratado, humanístico o científico. Creen que uno y otro sacrifican el estilo literario y la amenidad en aras de la objetividad y el rigor. A quienes piensan así les recomiendo que lean los escritos de Michael de Montaigne, recopilados bajo el título de Essais, que dieron nombre a este género que él inició. En ellos encontrarán reflexiones subjetivas cargadas de razón y sencillez, pero también de estilo artístico y erudición humanista. Sensibilidad antes los grandes temas que preocupan al hombre; el sentido de la vida, la muerte, la religión. Todo ello tratado con piadosa tolerancia y humildad resumida en una frase interrogativa que fue su lema: Que sais-je? (¡Qué sé yo?) de indudable resonancia socrática.
El Giro (2012) es un ensayo que ilustra bien esa intención de hacer compatible un estudio serio y preciso con una exposición que lo haga atractivo para el lector. Su autor, el estadounidense Stephen Greenblatt (1943), es un historiador literario especialista en el Renacimiento y Shakespeare. Es también uno de los fundadores del neohistoricismo, una corriente que enfoca la teoría y crítica literaria a la luz de una premisa: rechazar el exclusivo análisis formal de la obra literaria y considerarla como el producto de una época y un contexto histórico. Y a la inversa, comprender la historia cultural e intelectual a través de la literatura. En resumen, una idea que supera, amplía y humaniza el tradicional y técnico comentario de texto.
El subtítulo de El Giro es muy sugerente en cuanto a la original estructura narrativa que Greenblatt introduce en su ensayo: “De cómo un manuscrito olvidado contribuyó a crear el mundo moderno”. El manuscrito es el De rerum natura escrito en el siglo I a.C por Tito Lucrecio Caro. Una poema, ya subversivo en su propia época, en el que aúna la física del materialismo atomista de Demócrito con la ética del epicureísmo tan denostada por los estoicos que dominaban la moral pública romana.
Los dos primeros tercios del libro son los que atrapan al lector. Es el relato de una auténtica aventura; el descubrimiento del deteriorado manuscrito en la oscura y lóbrega biblioteca de un remoto monasterio alemán. El descubridor fue el humanista y calígrafo italiano Gian Francesco Poggio Bracciolini (1380-1459), un bibliófilo que alternó su trabajo, como secretario apostólico de varios Papas, con su auténtica pasión, la búsqueda de manuscritos de la antigüedad  grecolatina. Esa búsqueda, que tiene mucho de odisea, es tan fantástica que impresiona como una entretenida novela histórica cuando no es más que historia que supera a veces a la ficción. En el devenir de la trama encontramos, junto a la azarosa vida de Bracciolini, toda una ambientación que nos introduce en los comienzos del Renacimiento italiano. Una época de grandes convulsiones políticas que coinciden con un momento de esplendor de la literatura y el arte. El cisma de Occidente, el hereje bohemio Jan Huss y el fanatismo de Savonarola, ambos ejecutados en la hoguera, junto a Petrarca y Dante como precursores del humanismo que tuvo su foco radiante en las ciudades de Florencia y Roma.
Toda la historia está entreverada de multitud de digresiones sobre literatura romana, conservación de los manuscritos antiguos, el comercio de libros antes de la difusión de la imprenta, las grandes bibliotecas desaparecidas, el papel de los monasterios y de los árabes en la transmisión de la cultura grecolatina, y muchos otros. Temas aparentemente dispares pero perfectamente integrados en el relato sin romper la armonía del discurso narrativo.
Al tiempo que nuestra curiosidad queda atrapada en la intriga de la historia, Greemblatt desarrolla un completo análisis de la obra de Lucrecio en cuanto a corriente heterodoxa de la filosofía clásica. Y es en el último tercio del libro cuando examina las consecuencias del descubrimiento del poema y el giro que supuso en el pensamiento renacentista. De ahí el título, porque el giro, o la declinación en la trayectoria rectilínea de los átomos, es lo que según Lucrecio determinaba la evolución y creación de nuevos cuerpos y seres. El giro que influye en distintos pensadores posteriores. Al principio, algunos de ellos se enfrentaron a la ortodoxia católica. Al panteísta Giordano Bruno, la libertad de pensamiento le costó la muerte en la hoguera, y el heliocentrista Galileo Galilei se salvó de ella por poco. Pero el giro a la modernidad fue inevitable y muchos intelectuales recogieron parte de esas ideas epicúreas tan atacadas por la Iglesia, tachadas interesadamente de hedonismo para su desprestigio. Porque en el fondo, la búsqueda de la felicidad en los pequeños placeres de la vida, el evitar el dolor y la tolerancia ideológica, son ideas que atacaban directamente el concepto de pecado y la expiación del mismo mediante el dolor y el sufrimiento. Esas ideas calaron en figuras de la talla de Erasmo de Rotterdam o el mismo Michel de Montaigne antes citado, junto a otros muchos. Todos nos impulsaron a lo que hoy somos y a ellos debemos los conceptos y los aires de libertad de pensamiento que hoy disfrutamos.
Para terminar. Estamos ante un ensayo de historia literaria, avalado por una impresionante bibliografía y anotaciones, pero con la aparente estructura de novela histórica que lo transforma en una obra amena y divulgativa de muy agradable lectura. 

viernes, 24 de enero de 2020

LA COSTA DEL SOL EN LA HORA POP. Juan Bonilla


Este libro forma parte de una colección titulada Ciudades andaluzas en la historia, editado por la Fundación José Manuel Lara y escrito por Juan Bonilla (1966). 
Quiero pensar, aún a riesgo de equivocarme, que se trata de una de esas obras que se encargan a autores de cierto prestigio, y ciertamente este escritor gaditano lo tiene acreditado con una considerable producción en narrativa, poesía y ensayo. En este último género se podría clasificar La costa del Sol en la hora pop (2007). El ensayo, definido como especialidad literaria de carácter didáctico en el que se analiza o interpreta un determinado tema, es un concepto lo suficientemente amplio para englobar desde misceláneas de temas humanísticos a la disertación científica. La característica principal, uno de los nexos que une a este tipo de obras, es la voluntad de estilo, es decir, esa mezcla de lenguaje artístico, que puede llegar hasta la prosa poética, con recursos literarios, retóricos o expresivos. Y no quiero decir que esta obra carezca de algunos, como la ironía y cierto grado de humor, tampoco le negaré una prosa depurada y profesional. Pero me cuesta percibir esa intención de estilo literario antes citado. Al margen de estas consideraciones, el libro es una buena crónica, asimilable a un informe de tipo periodístico.
Juan Bonilla analiza con bastante rigor las causas del auge y decadencia de la Costa del Sol. En el origen los pioneros, Soriano y Hohenlohe, descubridores de idílicos parajes para el veraneo de las élites extranjeras, con visitantes ilustres como Jean Cocteau o Edgar Neville, en el marco social de una España aún deprimida. Después, en pleno desarrollismo de los años 60, el éxito como vanguardia del cosmopolitismo y la modernidad que atrajo a estrellas del cine y del espectáculo. Más tarde, la masificación turística, la especulación inmobiliaria, los desastres urbanísticos y finalmente la completa degeneración, la corrupción municipal y la parasitación de todo tipo de mafias.
En particular, resulta original cuando analiza el arraigo de la estética pop en la cultura del ocio, durante aquellos glamurosos años iniciales. Una estética que degeneró en desmesura y mal gusto. Algo menos llamativo es el repaso a los fenómenos sociológicos asociados a esa modernidad que terminó por ser decadente. Aspectos tan típicos como las “españoladas” de Alfredo Landa o la aparición de depredadores a la caza de la turista, como manifestaciones negativas de la supuesta liberación sexual.
El libro pudiera ser interesante como crónica de toda una época, si no fuera porque estudia un proceso histórico tan reciente y conocido en su evolución a través de los medios de comunicación; desde los reportajes del NODO, hasta los ecos de sociedad de la prensa del corazón. Por esa razón el lector va perdiendo poco a poco interés conforme el relato se aproxima a nuestro presente. El propio autor reconoce esto cuando, en referencia a lo que él llama literatura testimonial, dice lo siguiente: “Se quiera o no literatura testimonial, lo cierto es que pasado el tiempo puede a penas disfrutarse como testimonio e ilustraciones de una época: la relación de las obras con la época es parasitaria; si el interés del lector por la época no es previo a las lecturas de las novelas, difícilmente las soportará”.
Pues eso, una época demasiado cercana a nosotros para suscitar la curiosidad, sobre todo cuando no forma parte de la ambientación de la obra, sino que es en sí misma el objeto principal del ensayo.



martes, 20 de septiembre de 2016

LA LOCA DE LA CASA. Rosa Montero

La idea de mestizaje parece ser una de las pautas que definen el panorama literario actual. Y como la novela sigue siendo, por muchas razones, el género mayoritariamente preferido del público, la creación literaria tiende a introducir  dosis de ficción o técnicas de la narrativa en otros géneros considerados más serios. Surgen así nuevos subgéneros como la historia novelada - no confundir con novela histórica- o la biografía novelada. Muchos autores hablan de explorar los difusos límites entre ficción y realidad, pero yo sospecho además la intención de atraer y asegurar el éxito editorial. Esto no supone de mi parte una valoración negativa y no defiendo, desde luego, la estricta separación entre géneros, pero a veces me parece detectar cierto interés por suscitar en el lector esa sensación de mezcla o mestizaje  literario.
La obra que comento hoy, puede ilustrar esa impresión personal. La sinopsis promocional de contraportada comienza con la siguiente frase: “Este libro es una novela, un ensayo, una autobiografía”. De inmediato nos viene a la mente un nuevo subgénero, real o ficticio, el ensayo novelado. Pero si repasamos y profundizamos en el concepto de ensayo, como obra de reflexión subjetiva sobre un tema, generalmente humanístico, tratado con estilo literario, de forma no sistematizada, abierto a lo anecdótico y a la divagación, comprenderemos que este género puede incluir en sí mismo aquellos aspectos narrativos o autobiográficos. Sin embargo, el lector medio suele tener una idea de ensayo muy próxima al tratado o la disertación, subgéneros didácticos emparentados con el primero pero bastante más graves y objetivos, y por tanto menos o poco amenos.
Tampoco debe extrañar que Rosa Montero (1951) haya escrito este libro, sea cual sea la etiqueta que lo clasifique. A fin de cuentas su propia carrera literaria es híbrida. Muy popular y valorada por sus artículos de prensa en El País -otra modalidad de ensayo-, que alterna con  una considerable producción narrativa entre la que destaca su novela más conocida, La hija del caníbal. Esa dicotomía entre periodismo y ficción literaria la resuelve en esta obra  cuando declara su predilección por la segunda.
La loca de la casa (2003) es un libro con vocación y voluntad  meta-literaria. Así se reconoce cuando en la introducción la escritora, que es narradora en primera persona, manifiesta su intención de escribir sobre “el oficio de escribir”, es decir, literatura sobre literatura. A partir de ahí despliega sus reflexiones en torno a la creatividad narrativa como vínculo que une la fantasía con la realidad, el caos y la locura con la razón. La imaginación -la loca de la casa, en palabras de Santa Teresa- es la premisa básica de la ficción novelesca, y la inspiración (las Musas, o el daimon) es el desencadenante, autónomo e inconsciente, del impulso creativo. El pensamiento de la autora se recrea en aspectos tales como el paralelismo entre pasión amorosa y literaria, ambas fruto de una locura pasajera; la literatura como deseo de trascendencia o como  expiación y  purificación de culpas; o las relaciones entre locura y literatura. Y de lo   metafísico deriva hacia aspectos más pragmáticos, como el proceso de elaboración de una novela; la difícil relación del escritor con el poder; el fracaso literario y las imposiciones del mercado editorial; la figura de la esposa del escritor, y otras muchas cuestiones. Rosa Montero ilustra  estas reflexiones con sus propias experiencias y anécdotas de otros escritores. Nos cuenta su obsesión por los enanos, trasunto de sus carencias y enfermedades de la infancia, y curiosidades como la vanidad de Italo Calvino o la sumisión de Goethe a sus patronos, los duques de Weimar. Rechaza el sexismo en la literatura y las dificultades de las mujeres escritoras pero no evita destacar la diferente sensibilidad narrativa ligada al género. Encontramos también numerosas referencias a lecturas que la impresionaron o sirven de ejemplo a sus opiniones. Pero es en el terreno de lo personal, donde la escritora nos previene sobre la irrealidad de lo autobiográfico, porque las traiciones de la memoria, lo evanescente de los recuerdos, o el interés del escritor por mejorar la propia imagen, tienden a difuminar los límites entre lo vivido y lo imaginado.
El estilo es libre y no sistemático aunque presenta ideas recurrentes que aportan cohesión a la exposición. El lenguaje es directo y sin artificio lo que suma amenidad sin restar profundidad. Las alusiones a obras como Ensayo sobre la tolerancia de Voltaire, Las Guerras Judías de Flavio Josefo, o un cuento de Marguerite Yourcenar, no son florituras eruditas sino precisas y pertinentes al relato expositivo, y su intención divulgativa no desorienta al lector. Algunas historias, como la de Humboldt y el loro de los atures, superan lo ilustrativo y rayan en lo poético.
En fin, en mi opinión se trata de un estupendo ensayo que se lee con facilidad. Los lectores que escribimos, aun sin ser escritores, podemos sentir y compartir muchas de esas reflexiones en torno a la narrativa. Muchos pensamos lo mismo pero no lo sabemos expresar adecuada o bellamente con palabras. Esa es la dificultad y la grandeza del oficio de escribir.

martes, 5 de mayo de 2015

COMO UNA NOVELA. Daniel Pennac

Desde el punto de vista histórico la literatura didáctica fue posterior a los tres géneros clásicos (épico, lírico y dramático), y desde un remoto origen se fue adaptando a distintos formatos para conseguir la finalidad de enseñar y divulgar de manera artística. Entre los clásicos grecolatinos, Hesíodo (Los trabajos y los días) y Virgilio (Geórgicas) utilizaron el verso con esa intención en sus poemas didácticos. En cambio Platón y Cicerón adoptaron el diálogo en sus escritos filosóficos y políticos. El tratado es otro subgénero didáctico más extenso y complejo dirigido principalmente a especialistas en una determinada materia. Pero, en mi opinión, el ensayo es el  género literario que mejor se adapta a la didáctica; por su estructura más flexible y menos sistemática, porque suele reflejar un enfoque subjetivo del autor, con mayor voluntad de estilo que aparato documental. En resumen, más interesado en convencer de forma apasionada que en la fría y razonable demostración.
          Pido disculpas por esta larga introducción que sólo sirve para concluir que el libro que nos ocupa es un ensayo didáctico. Fácil deducción si consideramos que su autor, el francés Daniel Pennac (1944), fue profesor de literatura en un instituto y en sus comienzos escribió libros para niños. En el resumen de contraportada se declara además el objetivo de estimular la lectura entre los jóvenes.
          Como una novela (1993) tuvo en su momento un éxito notable y ha tenido muchas reediciones hasta hace pocos años. El título expresa bien la intención del autor que no es otra sino superar la aparente seriedad del ensayo y hacerlo ameno. Le sugiere al joven lector que se lee tan fácil como una novela, y para conseguir ese efecto utiliza un lenguaje sencillo y coloquial y un monólogo interrumpido en ocasiones por citas literarias de escritores, la mayoría franceses, que consigue aliviar y agilizar aún más la exposición-relato apelando a la complicidad y conocimiento del lector. Ese último efecto se diluye un tanto en el caso de lectores no franceses, menos familiarizados con los escritores galos y sus obras.
          En la primera parte se destaca la importancia del tradicional cuento oral como fase previa de estímulo a la lectura infantil. También se relacionan las causas, más o menos tópicas, que dificultan la lectura de los jóvenes; entre otras, el predominio de lo audiovisual en nuestra cultura y el exceso de actividades extraescolares. Pero la principal, según el escritor, es el torpe empeño de padres y educadores que la convierten en un deber. Durante toda la exposición la idea que trasciende y se impone es la necesidad de la lectura como opción libremente elegida y el placer que de ello se deriva. En la segunda parte se señalan las pautas educativas necesarias para inducir la curiosidad del lector y se insiste en los efectos benéficos de la lectura, al tiempo que la desmitifica e intenta despojarla de ciertos aspectos que, por ser sobrevalorados, terminan por desalentar su práctica, tales como la información, la formación o la cultura. Si se consigue despertar esa curiosidad, si convertimos la lectura en una aventura, todos los demás objetivos se consiguen por añadidura. En el capítulo final se concluye con el decálogo de los derechos del lector, verdadera exaltación de la libertad personal  para elegir la lectura como  opción que se sustenta en razones tan intimas, variadas e incluso extrañas, como la propia vida.
          Aunque los destinatarios principales de este libro son los adolescentes, las reflexiones del autor son útiles a lectores de todas las edades y experiencia. En el ámbito de la educación y estímulo de la lectura, este ensayo me ha confirmado los muchos aciertos, a veces intuitivos o inconscientes, que mis padres tuvieron conmigo y también algunos errores, involuntarios y bienintencionados, que yo tuve con mis hijos.
          En resumen, un libro ameno con ideas interesantes y prácticas, escrito por un educador que cree de manera firme y entusiasta lo que dice.