sábado, 14 de septiembre de 2024

EL CAPOTE. Nicolái Gógol

    No sabría decir a ciencia cierta si el calor estival aturde las neuronas. Lo cierto es que, desde hace años, dedico estos meses de canícula a lecturas más leves e intrascendentes, menos reflexivas, del estilo de las novelas policíacas o similares. Pero el tiempo no pasa en balde y este verano, por primera vez, he atravesado una evidente depresión lectora. Ningún libro leído, salvo uno muy extenso al que me he obligado por responsable compromiso con mi club de lectura. Una vez terminado, me apetecía leer algo muy breve, un cuento, ni siquiera una colección de los mismos.  Buscando he encontrado éste que hoy comento y, mira por dónde, resulta que está considerado como una obra maestra que ha inspirado a muchos otros escritores.