El mes de mayo es el más representativo de la estación primaveral. El término viene de Maius, que en el antiguo calendario romano tomaba el nombre de la diosa Maya, también llamada Bona Dea, la patrona de la fertilidad agrícola. Desde ese calendario pasó al nuestro, el gregoriano. Los revolucionarios franceses del XVIII, en su nuevo calendario, le cambiaron el nombre a Floreal, bastante más sugerente de primavera. En nuestra cultura cristiana tiene distintos significados religiosos, pero ante todo es el mes mariano por excelencia.