sábado, 10 de noviembre de 2012

TERMÓPILAS. Paul Cartledge


Termópilas es un estudio histórico que rebasa el marco concreto de la famosa batalla y se complementa con un análisis a fondo de las dos  Guerras Médicas como enfrentamiento de Europa y Asia, entre dos formas de entender la civilización. Se profundiza además en fenómenos como el panhelenismo, la cultura griega en general y en particular la de los espartanos. También se estudia la figura de Heródoto como fuente histórica indispensable, casi única para este periodo, aún reconociendo su poca fiabilidad en muchos aspectos, al menos según los criterios exigibles a la concepción actual de los estudios históricos.
El autor, Paul Cartledge, es un profesor de Cambridge, experto en historia griega que parece ampliamente avalado como investigador histórico y como docente. El ensayo histórico viene complementado por una abundante bibliografía, glosario de términos y apéndices. Dicho esto, se le pueden hacer también bastantes objeciones. La primera es su tendencia filoespartana, reconocida por el propio autor, que le lleva a ciertos abusos como menospreciar la importancia de la victoria naval de Atenas en Salamina, o a utilizar términos como “dictadura del proletariado” al enjuiciar la democracia ateniense. Por otra parte al encarar los aspectos más  oscuros del régimen oligárquico de Esparta llega a análisis abusivos como el sugerir que los espartanos eran en el fondo partidarios de la liberación de los ilotas. El carácter divulgativo de la obra induce al autor británico a trazar paralelismos entre las costumbres e instituciones políticas griegas y las actuales, no siempre acertados. Por último hay que reprocharle un análisis poco afortunado de la monarquía espartana, de carácter hereditario y dual, pero con muchos menos poder político del que pretende el autor, que llega a calificar de súbditos a los que no eran sino ciudadanos o espartiatas. Cuando analiza las causas de la colonización griega del Mediterráneo en el siglo VIII a.C. olvida la fundamental, la presión demográfica y la pobreza de la tierra en Grecia. Hay que decir también que la traducción es pésima, con frecuentes errores cronológicos y algunos en localización geográfica. En varias ocasiones se traduce como “soldadesca” al conjunto de soldados del ejército, olvidando el matiz despectivo que esta palabra tiene en castellano. Tampoco ha sido muy afortunada la elección de portada de la edición de bolsillo, un fotograma de la película “300” del director norteamericano  Zack Snyder basada en un cómic del mismo nombre, épica de acción pero totalmente carente de rigor histórico.
En resumen, un ensayo histórico asequible y divulgativo pero bastante decepcionante en muchos sentidos. 

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