sábado, 2 de febrero de 2013

POEMAS. Edgar Allan Poe


Edgar Allan Poe (1809-1849) logró  fama en su época como escritor  de relatos cortos. Gracias a éstos ingresó con todo merecimiento en la historia  de la literatura  y ha sido reconocido por la posteridad como magistral renovador de esta especialidad narrativa. En particular sus cuentos de terror, han sido  recogidos en multitud de antologías logrando una difusión universal.  Y sin embargo  el escritor siempre se consideró ante todo poeta, manifestó en muchas ocasiones su predilección por la poesía y hasta plasmó en un ensayo, “Filosofía de la composición”, sus ideas en torno a la creación poética. Su producción en este género literario, no muy abundante, data de los comienzos y el final de su carrera. Fue además  poco comprendida, recibió malas críticas de los contemporáneos, y con el tiempo quedó oscurecida por su brillante  y prolífica obra narrativa. Su poesía se integra plenamente en el romanticismo decimonónico y las composiciones abundan  en los tópicos de aquel  estilo literario; predilección por los temas legendarios, ambientes brumosos y lúgubres, apariciones fantasmagóricas, pasión amorosa o nostalgia de amores perdidos, ensoñaciones, y bastante dosis de idealismo.
         En el presente volumen se recogen  la mayoría  de poemas del autor, el más famoso es el titulado “El cuervo” que narra  la escena de un personaje afligido por la pérdida de su amada que en un escenario y atmósfera sobrenaturales recibe la visita de un cuervo parlante que aumenta su pena con la insistente y repetitiva frase “nunca más”. Otro muy conocido es “Annabel Lee” que se dice estuvo inspirado en la temprana muerte de su  esposa. Además de este último hay otros muchos dedicados a mujeres, a Elena, a Leonora, a Eulalia, a su madre etc. En general, las mujeres de Poe son castas  doncellas de imagen idealizada y prematura muerte. Porque la muerte y su entorno psicológico es uno de sus temas obsesivos. Así los poemas nos hablan de  lo irreal y  efímero de la vida; la muerte como sueño eterno y olvido simbolizado  en el mito de río Leteo; la sensación de vacío y nostalgia por la desaparición de la amada; el amor platónico como superación de la muerte etc. En cuanto a la composición, se ha dicho que el  poeta estuvo siempre obsesionado por los aspectos estéticos y la rima. Entre los rasgos distintivos de su poesía  está la repetición de uno o  varios versos o frases cortas reiteradas que otorgan  al poema un tono cadencioso y obsesivo.
         La  recopilación  recogida en este libro está precedida por una introducción del escritor nicaragüense  Rubén Darío que  comienza con una poética descripción (típico en un poeta)  de su llegada  en barco  Nueva York y una biografía bastante idealizada  del escritor norteamericano.
         No seré yo quien se atreva a criticar negativamente los poemas  de Edgar A. Poe, admirados por escritores de la talla de Baudelaire entre otros muchos. Solo diré que me parecen demasiado esteticistas y  no me conmueven, o mejor sería decir que me dejan frio. Quizás esto se deba al propio estilo romántico que en la poesía me parece ya bastante superado y poco acorde con nuestra mentalidad actual, aunque en narrativa pueda tener aún cierta vigencia y atractivo. En suma, y para terminar, el libro no me ha defraudado porque no esperaba demasiado de una lectura que inicié solo incitado  por una relativa curiosidad. 

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