viernes, 14 de junio de 2019

SUITES BARROCAS PARA VIOLONCHELO. Guillermo Turina


Dentro del programa cultural Los jueves en la Catedral, organizado por el Cabildo de nuestra Seo, he asistido a una audición original por su estructura, definida como una Conferencia/Concierto porque el músico solista alternó la interpretación instrumental con una ilustrativa charla sobre determinados aspectos biográficos del compositor, Bach en esta ocasión, de los motivos que le llevaron a componer unas suites para violonchelo solo, y algunos otros aspectos misteriosos en torno a las mismas.
    El violonchelista y musicólogo Guillermo Turina dispone de un amplio y consolidado curriculum, tanto en el terreno de la investigación musical como en la interpretación. Consecuencia y fruto de lo primero fue la interesante conferencia en torno a las mencionadas suites. Resultó muy esclarecedora en general, aunque  en muchos aspectos técnicos quedara algo velada para un simple aficionado poco documentado como yo.
         La suite barroca es una composición musical que se desarrolló entre finales del XVII y principios del XVIII. Estaba integrada por un preludio seguido de varias danzas, populares o cultas, de distintos países, con ritmo musical lento o rápido según el origen y características del baile en que se inspiraron. Entre esas danzas cabe destacar la alemanda (allemande) de origen germánico, la zarabanda (sarabande) probablemente hispánica, el italiano corrente (courante), el minueto (menuet) francés y la giga (gigue) inglesa. Todas ellas fueron muy populares en la corte de Versalles y en ellas se inspiró Bach para componer estas dos suites para violonchelo solo, la Suite nº 1 en sol mayor y la Suite nº2 en re menor. El misterio en torno a estas dos composiciones radica al parecer en las dudas que las investigaciones modernas han establecido sobre su autoría real y sobre el instrumento para el que fueron compuestas. Todas las teorías al respecto fueron expuestas por el conferenciante que no optó por ninguna de ellas.
         En cuanto al concierto me pareció magistral en su interpretación. Nos deleitó con el distinto ritmo de las piezas, los cambios en la allemande, el lento de la sarabande y menuet o el más vivaz de courante y gigue, que sugerían impresiones de nostalgia, solemnidad o alegría. Comenzó con el Preludio de la Suite nº1, posiblemente el más popular y escuchado por el público, y terminó con la Gigue de la Suite nº2 que, por su carácter vivo y alegre, permitía aún mayor virtuosismo y lucimiento.
         En resumen, un formato musical muy instructivo y original para mí ya que no estoy acostumbrado a escuchar composiciones para violonchelo como solista, al margen del Cant dels ocells  el popular arreglo de Pau Casals para ese instrumento.


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