La historia que aprendí en mi infancia, la oficial
del nacional-catolicismo pregonaba, en sus enciclopedias de primaria, que Trajano
fue una de los grandes personajes que España aportó a la grandeza de la antigua Roma, asimilando
interesadamente hispanorromano con español. Esa apropiación indebida estaba algo justificada si consideramos que el itálico Marco
Ulpio Trajano (53-117) está valorado, junto con Augusto, como uno de
los mejores emperadores romanos. Gracias a la conquistas en Dacia y Mesopotamia alcanzó
el Imperio su máxima extensión territorial. Su promoción de obras públicas
embelleció no sólo Roma (Foro de Trajano, Circo Máximo) sino otras muchas
ciudades. Además, con el que fue segundo emperador de la dinastía Antonina, se
instituyó el sistema sucesorio de la adopción frente a la herencia de
dinastías anteriores; una fórmula que permitía el acceso al poder de los
mejores, o al menos de los que concitaban mayor grado de adhesión o consenso
político y militar.
Sin embargo, a pesar de su importante dimensión
histórica, no se ha conservado su
biografía completa en las fuentes romanas. En efecto, las Vidas de Suetonio, o las Historias
de Tácito terminan con su antecesor Domiciano, en tanto que la Historia
Augusta comienza en el sucesor Adriano. Esta es la razón que, según los
autores de este libro, justifica el realizar esta recopilación de documentos
referentes a Trajano que sirva como fuente para futuros estudios de su
biografía.
Marco
Ulpio Trajano. Emperador de Roma
(2003) es un excelente trabajo de investigación de varios historiadores de la
Universidad de Sevilla, editado por esta universidad. Su éxito entre los
especialistas ha sido tal que ha motivado una segunda edición (2018) ampliada y
mejorada.
Se trata de una recopilación de fuentes
literarias, de distintas épocas, referidas a Trajano, pero también epigráficas, numismáticas y papirológicas.
Las literarias se exponen en edición bilingüe, es decir, los textos originales
en latín y griego y su traducción al castellano. Todas comienzan con una
introducción en la que se sitúa al autor en su contexto relacionado con el
emperador, y se sigue con unas páginas de anotaciones al texto. Las
reproducciones de monedas son de calidad suficiente y las inscripciones
epigráficas vienen con su grafía original a base de abreviaturas, ampliadas
mediante paréntesis para visualizar el texto completo. Al final el estudio se
complementa con una serie de tablas cronológicas y un índice de términos. Sólo
cuando acabamos de leer esta obra podemos valorar en su justa medida la
imponente labor de investigación y la capacidad de los coordinadores para
concretar la ingente cantidad de datos en una exposición cronológicamente
ordenada y muy bien estructurada, capaz de llegar a conceptos y conclusiones
sin perder su carácter de obra de consulta de datos parciales.
Sería muy prolijo detallar el contenido
de los capítulos. Como es natural, las fuentes más importantes son las de los
contemporáneos de Trajano, en particular
del epigramista Marcial y sobre todo de Plinio el Joven, amigo personal del
emperador que desempeño dos cargos sucesivos durante su reinado. Son
importantes las cartas que se cruzaron entre ambos mientras Plinio fue gobernador
de la provincia de Bitinia, también el panegírico de Trajano leído en el Senado
como agradecimiento por su nombramiento de cónsul
sufecto. Le siguen como fuente historiadores romanos del siglo II, como Frontón,
que cita a Trajano en sus
epistolarios y Dión Casio. Conforme nos alejamos en el tiempo puede observarse
como los historiadores son menos originales y se limitan copiar las referencias
de los anteriores, así hasta llegar a los bizantinos del siglo VI. La
valoración del personaje es casi siempre positiva, salvo en el caso de los
apologistas cristianos, entre el siglo II y el IV, como Tertuliano, Eusebio de
Cesarea y San Jerónimo. Ninguno de ellos puede perdonar que durante el reinado
del emperador se produjo una persecución de cristianos, si bien muy moderada y
limitada en el tiempo. Finalmente, los textos epigráficos, papirológicos y las
monedas nos ayudan a situar al personaje en su contexto histórico, las
costumbres, los ritos y honores imperiales etc.
Las conclusiones que se pueden obtener
de la lectura de estos textos ayudan a perfilar a Trajano como un emperador atrevido y expansionista en lo militar y
prudente en lo político. Como Augusto, supo mantener la ficción republicana
cuando el imperio estaba ya plenamente asumido por los ciudadanos. Mantuvo las
magistraturas, si bien en sentido honorífico en las de
Roma, las provincias eran otra cuestión. Derogó todas las disposiciones
tiránicas de su antecesor Domiciano, renunció a la expropiación de los bienes
de los condenados a favor del fisco y manifestó un profundo sentido de la
justicia, al menos en sus aspectos más formales. Se consideró a sí mismo como primus inter pares y mantuvo amistad y
trato familiar con senadores y patricios, aunque no renunció a honores,
triunfos y títulos como el de optimus
prínceps. En lo negativo, su afición desmedida a la comida y bebida, que se
esforzaba por controlar (dispuso que no se acataran sus órdenes cuando
estuviera borracho). También su afición homosexual a los jóvenes, bien tolerada
por la sociedad siempre que se tuviera el rol activo. En casi todos los
escritos se alaba su decisión de adoptar a Adriano como sucesor, aunque admiten
el papel decisivo de su esposa Plotina en este nombramiento.
Para terminar, estamos ante un estudio
histórico impresionante. No es divulgativo y por tanto no recomendable para
aficionados principiantes de la historia romana. Yo me reconozco a medio camino
entre éstos y los historiadores profesionales y se me puede aplicar aquel dicho
militar de: “la caballería se pasa y la
infantería no llega”. La divulgación me queda un poco corta y los estudios
como éste me sobrepasan, no tanto en cuanto a la comprensión general del texto
sino en la imposibilidad de abarcar algunos datos demasiado específicos solo
útiles para especialistas. A pesar de todo, la lectura me parece muy
interesante y además puede seguirse de forma intermitente, sin perder el hilo y
evitando la saturación.
eda un poco corta y los estudios como éste me sobrepasan, no tanto en cuanto a la comprensión general del texto sino en la imposibilidad de abarcar algunos datos demasiado específicos solo útiles para especialistas. A pesar de todo, la lectura me parece muy interesante y además pu edicionesamargord.net/impuntualidad-mal-habito-que-dana-la-imagen/
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