domingo, 18 de agosto de 2019

MARCO ULPIO TRAJANO. EMPERADOR DE ROMA. Varios autores


La historia que aprendí en mi infancia, la oficial del nacional-catolicismo pregonaba, en sus enciclopedias de primaria, que Trajano fue una de los grandes personajes que España aportó a la grandeza de la antigua Roma, asimilando interesadamente hispanorromano con español. Esa apropiación indebida estaba algo justificada si consideramos que el itálico Marco Ulpio Trajano (53-117) está valorado, junto con Augusto, como uno de los mejores emperadores romanos. Gracias a la conquistas en Dacia y Mesopotamia alcanzó el Imperio su máxima extensión territorial. Su promoción de obras públicas embelleció no sólo Roma (Foro de Trajano, Circo Máximo) sino otras muchas ciudades. Además, con el que fue segundo emperador de la dinastía Antonina, se instituyó el sistema sucesorio de la adopción frente a la herencia de dinastías anteriores; una fórmula que permitía el acceso al poder de los mejores, o al menos de los que concitaban mayor grado de adhesión o consenso político y militar.
Sin embargo, a pesar de su importante dimensión histórica, no se ha  conservado su biografía completa en las fuentes romanas. En efecto, las Vidas de Suetonio, o las Historias de Tácito terminan con su antecesor Domiciano, en tanto que la Historia Augusta comienza en el sucesor Adriano. Esta es la razón que, según los autores de este libro, justifica el realizar esta recopilación de documentos referentes a Trajano que sirva como fuente para futuros estudios de su biografía.
          Marco Ulpio Trajano. Emperador de Roma (2003) es un excelente trabajo de investigación de varios historiadores de la Universidad de Sevilla, editado por esta universidad. Su éxito entre los especialistas ha sido tal que ha motivado una segunda edición (2018) ampliada y mejorada.
         Se trata de una recopilación de fuentes literarias, de distintas épocas, referidas a Trajano, pero también epigráficas, numismáticas y papirológicas. Las literarias se exponen en edición bilingüe, es decir, los textos originales en latín y griego y su traducción al castellano. Todas comienzan con una introducción en la que se sitúa al autor en su contexto relacionado con el emperador, y se sigue con unas páginas de anotaciones al texto. Las reproducciones de monedas son de calidad suficiente y las inscripciones epigráficas vienen con su grafía original a base de abreviaturas, ampliadas mediante paréntesis para visualizar el texto completo. Al final el estudio se complementa con una serie de tablas cronológicas y un índice de términos. Sólo cuando acabamos de leer esta obra podemos valorar en su justa medida la imponente labor de investigación y la capacidad de los coordinadores para concretar la ingente cantidad de datos en una exposición cronológicamente ordenada y muy bien estructurada, capaz de llegar a conceptos y conclusiones sin perder su carácter de obra de consulta de datos parciales.
         Sería muy prolijo detallar el contenido de los capítulos. Como es natural, las fuentes más importantes son las de los contemporáneos de Trajano, en particular del epigramista Marcial y sobre todo de Plinio el Joven, amigo personal del emperador que desempeño dos cargos sucesivos durante su reinado. Son importantes las cartas que se cruzaron entre ambos mientras Plinio fue gobernador de la provincia de Bitinia, también el panegírico de Trajano leído en el Senado como agradecimiento por su nombramiento de cónsul sufecto. Le siguen como fuente historiadores romanos del siglo II, como Frontón, que cita a Trajano en sus epistolarios y Dión Casio. Conforme nos alejamos en el tiempo puede observarse como los historiadores son menos originales y se limitan copiar las referencias de los anteriores, así hasta llegar a los bizantinos del siglo VI. La valoración del personaje es casi siempre positiva, salvo en el caso de los apologistas cristianos, entre el siglo II y el IV, como Tertuliano, Eusebio de Cesarea y San Jerónimo. Ninguno de ellos puede perdonar que durante el reinado del emperador se produjo una persecución de cristianos, si bien muy moderada y limitada en el tiempo. Finalmente, los textos epigráficos, papirológicos y las monedas nos ayudan a situar al personaje en su contexto histórico, las costumbres, los ritos y honores imperiales etc.
         Las conclusiones que se pueden obtener de la lectura de estos textos ayudan a perfilar a Trajano como un emperador atrevido y expansionista en lo militar y prudente en lo político. Como Augusto, supo mantener la ficción republicana cuando el imperio estaba ya plenamente asumido por los ciudadanos. Mantuvo las magistraturas, si bien en sentido honorífico en las de Roma, las provincias eran otra cuestión. Derogó todas las disposiciones tiránicas de su antecesor Domiciano, renunció a la expropiación de los bienes de los condenados a favor del fisco y manifestó un profundo sentido de la justicia, al menos en sus aspectos más formales. Se consideró a sí mismo como primus inter pares y mantuvo amistad y trato familiar con senadores y patricios, aunque no renunció a honores, triunfos y títulos como el de optimus prínceps. En lo negativo, su afición desmedida a la comida y bebida, que se esforzaba por controlar (dispuso que no se acataran sus órdenes cuando estuviera borracho). También su afición homosexual a los jóvenes, bien tolerada por la sociedad siempre que se tuviera el rol activo. En casi todos los escritos se alaba su decisión de adoptar a Adriano como sucesor, aunque admiten el papel decisivo de su esposa Plotina en este nombramiento.
         Para terminar, estamos ante un estudio histórico impresionante. No es divulgativo y por tanto no recomendable para aficionados principiantes de la historia romana. Yo me reconozco a medio camino entre éstos y los historiadores profesionales y se me puede aplicar aquel dicho militar de: “la caballería se pasa y la infantería no llega”. La divulgación me queda un poco corta y los estudios como éste me sobrepasan, no tanto en cuanto a la comprensión general del texto sino en la imposibilidad de abarcar algunos datos demasiado específicos solo útiles para especialistas. A pesar de todo, la lectura me parece muy interesante y además puede seguirse de forma intermitente, sin perder el hilo y evitando la saturación. 

1 comentario:

  1. eda un poco corta y los estudios como éste me sobrepasan, no tanto en cuanto a la comprensión general del texto sino en la imposibilidad de abarcar algunos datos demasiado específicos solo útiles para especialistas. A pesar de todo, la lectura me parece muy interesante y además pu edicionesamargord.net/impuntualidad-mal-habito-que-dana-la-imagen/

    ResponderEliminar