A sus 83 años, José Sacristán es el último representante de una generación de actores que se desarrollaron durante la dictadura y mostraron su genialidad con la llegada de la democracia. Unos, como Fernando Fernán Gómez que vivió su infancia durante la República, otros como Paco Rabal que se consagró con las películas de Buñuel, exiliadas de España hasta finales de los 70. Algunos, como Alfredo Landa y José Luis López Vázquez se convirtieron en estrellas con aquel movimiento llamado landismo, popularmente conocido como españoladas, que difundió la imagen del macho hispano sexualmente reprimido frente a las liberales suecas de nuestro incipiente turismo nacional.
