Sabemos por
los investigadores de la cultura grecolatina que gran parte de la producción
escrita de historiadores, filósofos y literatos se perdió con el paso de los
siglos. Y eso a pesar del esfuerzo de los copistas árabes y los monjes
cristianos medievales, o la recepción y difusión de los autores clásicos por
parte de los humanistas del renacimiento. Conocemos a muchos de ellos sólo por
citas de otros escritores y de la obra de algunos, como el filósofo Epicuro,
solo nos ha llegado algunos fragmentos. Por eso resulta curioso que uno de los
pocos textos que se ha conservado íntegro sea precisamente esta obra, de un
escritor que se diría de segunda fila, que está considerada como la primera guía
turística de la historia. Su autor es Pausanias,
un geógrafo e historiador griego de cuya biografía se conoce bien poco. Sabemos
que era natural de Lidia, cerca de la costa jonia de Asia Menor y que vivió
entre mediados y finales del siglo II porque en su obra cita hasta los últimos
emperadores romanos de la dinastía Antonina. Parece que viajó por Grecia,
Macedonia, Italia y algunas zonas de Asia y África. El fruto de sus
observaciones, anotadas de forma minuciosa, los reunió en esta Descripción de Grecia, su única obra
conocida.
Está dividida
en diez libros (capítulos) y éstos a su vez subdivididos en partes más pequeñas
y numeradas para facilitar la localización de cualquier párrafo. Hay que aclarar
que, en la antigüedad, el ámbito geográfico que se describe en la obra era
mucho más reducido que el comprendido en las fronteras actuales de Grecia. Se
entendía como tal la península del Peloponeso y la Grecia del sur. No eran
propiamente griegos ni los tesalios y magnesios (Grecia central) ni los macedonios
(norte), por más que fueran pueblos intensamente helenizados. En cuanto a la
costa de Jonia (Turquía) o la Magna Grecia, eran colonias de las polis griegas,
unidas cada una a sus metrópolis, al menos por lazos raciales y culturales.
Es el
propio Pausanias quien nos cuenta sus viajes en primera persona. En cada
uno de los libros se describe una región, sin seguir un orden geográfico,
aunque posiblemente sí cronológico porque las regiones del Peloponeso están agrupadas
en un bloque central (libros II a VIII), siendo la primera el Ática (libro I) y
las ultimas Beocia y Fócide (libros IX y X), éstas situadas en el sur de la
Grecia continental, todo lo cual parece indicar un periplo circular. En cada
una de las ciudades que visitó describe los monumentos; templos, ágoras,
pórticos y estatuas. Algunos lugares eran ruinas en su época, como el caso
de Micenas. En cuanto a las estatuas, muchas habían sido ya expoliadas por los
romanos y otras lo fueron después, aunque parte de ellas nos han llegado gracias
a copias. Las descripciones no son exclusivamente geográficas o topográficas
sino que incluyen la historia de los héroes epónimos que fundaron las distintas
polis, listados de reyes y mitos locales. En las ciudades importantes como
Atenas, Esparta, Olimpia, Tebas o Delfos relata gran parte de su historia, las
batallas más famosas o las instituciones políticas y los usos populares.
También encontramos alusiones a los grandes ciclos míticos de la historia épica
griega, como el troyano (Iliada) y el tebano (Edipo).
La Descripción
de Grecia tiene poco valor desde el punto de vista literario. El escritor
ni siquiera se molestó en corregir redundancias evidentes. Tampoco nos dice
gran cosa de su personalidad, salvo el escepticismo ante algunos viejos mitos
locales sobre los que muestra serias dudas. Por lo demás, la narración es fría
y pretende ser objetiva por más que a veces cuestione sus fuentes de
información. Aunque es griego, parece totalmente latinizado y no critica
ciertos episodios trágicos de la conquista romana de Grecia, como es el caso
del saqueo y destrucción de Corinto.
La
importancia de esta obra, descartada su calidad literaria, radica en su valor como fuente de información para historiadores, mitógrafos y sobre
todo arqueólogos. Gracias a la precisión de los datos que aporta fue posible la
localización de las ruinas de Olimpia y Delfos, así como otros muchos
yacimientos arqueológicos. Al propio Pausanias se le atribuye el
descubrimiento de la tumba de Platón en la Academia, a las afueras de Atenas,
por lo que a su modo fue un arqueólogo más.
Para los
simples aficionados a los clásicos como yo, la Descripción de Grecia tiene un valor
menor. Me ha ayudado a localizar los grandes hitos históricos griegos, en
particular las batallas de conflictos como las Guerras Médicas, la del
Peloponeso, la conquista macedónica o las guerras helenísticas. También la distribución
geográfica de las distintas etnias que poblaron Grecia a lo largo de su
dilatada historia (jonios, aqueos, dorios). La descripción del interior de
algunos templos es tan exacta que ahora entiendo que en ellas se basan algunas
reproducciones virtuales que circulan por la red.
Pero estos
tres volúmenes hay que leerlos como una guía turística, es decir, solo en las
partes que nos interesan. La lectura completa puede resultar tediosa por las
largas listas de nombres y genealogías reales o míticas, imposibles de retener y
asimilar si no eres un especialista. Por suerte, en cabeza de cada subdivisión
se ofrece un pequeño resumen del contenido, lo cual permite elegir solo las que
nos resultan interesantes. Las abundantes anotaciones que incluye la edición de
Gredos ayudan a complementar la información.
En mi caso
esta lectura parcial ha resultado entretenida y provechosa. No solo he
descubierto curiosidades del mundo griego, sino que entendiendo su historia
como un gran mosaico he completado, a través de la geografía, muchas de las
teselas que me faltaban por conocer, ampliando así mi particular visión del
color y la definición del mismo.
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