miércoles, 1 de abril de 2020

DESCRIPCIÓN DE GRECIA. Pausanias


Sabemos por los investigadores de la cultura grecolatina que gran parte de la producción escrita de historiadores, filósofos y literatos se perdió con el paso de los siglos. Y eso a pesar del esfuerzo de los copistas árabes y los monjes cristianos medievales, o la recepción y difusión de los autores clásicos por parte de los humanistas del renacimiento. Conocemos a muchos de ellos sólo por citas de otros escritores y de la obra de algunos, como el filósofo Epicuro, solo nos ha llegado algunos fragmentos. Por eso resulta curioso que uno de los pocos textos que se ha conservado íntegro sea precisamente esta obra, de un escritor que se diría de segunda fila, que está considerada como la primera guía turística de la historia. Su autor es Pausanias, un geógrafo e historiador griego de cuya biografía se conoce bien poco. Sabemos que era natural de Lidia, cerca de la costa jonia de Asia Menor y que vivió entre mediados y finales del siglo II porque en su obra cita hasta los últimos emperadores romanos de la dinastía Antonina. Parece que viajó por Grecia, Macedonia, Italia y algunas zonas de Asia y África. El fruto de sus observaciones, anotadas de forma minuciosa, los reunió en esta Descripción de Grecia, su única obra conocida.
Está dividida en diez libros (capítulos) y éstos a su vez subdivididos en partes más pequeñas y numeradas para facilitar la localización de cualquier párrafo. Hay que aclarar que, en la antigüedad, el ámbito geográfico que se describe en la obra era mucho más reducido que el comprendido en las fronteras actuales de Grecia. Se entendía como tal la península del Peloponeso y la Grecia del sur. No eran propiamente griegos ni los tesalios y magnesios (Grecia central) ni los macedonios (norte), por más que fueran pueblos intensamente helenizados. En cuanto a la costa de Jonia (Turquía) o la Magna Grecia, eran colonias de las polis griegas, unidas cada una a sus metrópolis, al menos por lazos raciales y culturales. 
Es el propio Pausanias quien nos cuenta sus viajes en primera persona. En cada uno de los libros se describe una región, sin seguir un orden geográfico, aunque posiblemente sí cronológico porque las regiones del Peloponeso están agrupadas en un bloque central (libros II a VIII), siendo la primera el Ática (libro I) y las ultimas Beocia y Fócide (libros IX y X), éstas situadas en el sur de la Grecia continental, todo lo cual parece indicar un periplo circular. En cada una de las ciudades que visitó describe los monumentos; templos, ágoras, pórticos y estatuas. Algunos lugares eran ruinas en su época, como el caso de Micenas. En cuanto a las estatuas, muchas habían sido ya expoliadas por los romanos y otras lo fueron después, aunque parte de ellas nos han llegado gracias a copias. Las descripciones no son exclusivamente geográficas o topográficas sino que incluyen la historia de los héroes epónimos que fundaron las distintas polis, listados de reyes y mitos locales. En las ciudades importantes como Atenas, Esparta, Olimpia, Tebas o Delfos relata gran parte de su historia, las batallas más famosas o las instituciones políticas y los usos populares. También encontramos alusiones a los grandes ciclos míticos de la historia épica griega, como el troyano (Iliada) y el tebano (Edipo).
La Descripción de Grecia tiene poco valor desde el punto de vista literario. El escritor ni siquiera se molestó en corregir redundancias evidentes. Tampoco nos dice gran cosa de su personalidad, salvo el escepticismo ante algunos viejos mitos locales sobre los que muestra serias dudas. Por lo demás, la narración es fría y pretende ser objetiva por más que a veces cuestione sus fuentes de información. Aunque es griego, parece totalmente latinizado y no critica ciertos episodios trágicos de la conquista romana de Grecia, como es el caso del saqueo y destrucción de Corinto.
La importancia de esta obra, descartada su calidad literaria, radica en su valor como fuente de información para historiadores, mitógrafos y sobre todo arqueólogos. Gracias a la precisión de los datos que aporta fue posible la localización de las ruinas de Olimpia y Delfos, así como otros muchos yacimientos arqueológicos. Al propio Pausanias se le atribuye el descubrimiento de la tumba de Platón en la Academia, a las afueras de Atenas, por lo que a su modo fue un arqueólogo más.
Para los simples aficionados a los clásicos como yo, la Descripción de Grecia tiene un valor menor. Me ha ayudado a localizar los grandes hitos históricos griegos, en particular las batallas de conflictos como las Guerras Médicas, la del Peloponeso, la conquista macedónica o las guerras helenísticas. También la distribución geográfica de las distintas etnias que poblaron Grecia a lo largo de su dilatada historia (jonios, aqueos, dorios). La descripción del interior de algunos templos es tan exacta que ahora entiendo que en ellas se basan algunas reproducciones virtuales que circulan por la red.
Pero estos tres volúmenes hay que leerlos como una guía turística, es decir, solo en las partes que nos interesan. La lectura completa puede resultar tediosa por las largas listas de nombres y genealogías reales o míticas, imposibles de retener y asimilar si no eres un especialista. Por suerte, en cabeza de cada subdivisión se ofrece un pequeño resumen del contenido, lo cual permite elegir solo las que nos resultan interesantes. Las abundantes anotaciones que incluye la edición de Gredos ayudan a complementar la información.
En mi caso esta lectura parcial ha resultado entretenida y provechosa. No solo he descubierto curiosidades del mundo griego, sino que entendiendo su historia como un gran mosaico he completado, a través de la geografía, muchas de las teselas que me faltaban por conocer, ampliando así mi particular visión del color y la definición del mismo.  


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