sábado, 6 de mayo de 2023

EL OFICIAL PRUSIANO Y OTROS CUENTOS. D.H. Lawrence

La vida y obra de D.H. Lawrence (1985-1930), me sugiere el comentario en torno a una cuestión que puede incluirse en el concepto de relativismo moral y formularse con la siguiente pregunta referida a la ficción narrativa: ¿Debemos enjuiciar las acciones y reflexiones de personajes del pasado según nuestros valores éticos actuales? Mi opinión es un claro y rotundo no. Exceptuando, claro está, algunos casos especiales como el genocidio, la tortura o la esclavitud, que no admiten ningún tipo de relativismo.

Este inglés, autor de una considerable producción literaria, es uno de esos escritores malditos cuya obra fue denostada en su época. También fue rechazado por una bisexualidad declarada, y acusado de espía tanto por alemanes como ingleses, en los años previos y durante la Gran Guerra, solo por estar casado con una alemana divorciada cuyo apellido de soltera era von Richthofen. Por tal motivo pasó gran parte de su corta vida en el extranjero y plasmó sus vivencias en una considerable literatura de viajes.

La mayor parte de sus novelas fueron censuradas y consideradas pornográficas por describir una sexualidad demasiado explícita para la moral puritana. Sin embargo, los que ahora lean su obra más conocida, El amante de Lady Chatterley (1928), no verán más allá de un discreto y elegante erotismo.

Las feministas de principios de siglo XX, algunas destacadas como Virginia Woolf, lo tacharon de machista y misógino. El escritor nunca ocultó su idea de la conflictiva relación hombre- mujer y una concepción negativa de la feminidad. Pero al mismo tiempo, sus principales protagonistas eran siempre femeninas. Fue el primero en despojar a la mujer de una trasnochada aureola romántica y reconocer en ella el deseo sexual y otras pasiones e instintos en un plano de igualdad con el hombre. Si algunas de sus protagonistas aparecen particularmente sometidas y dependientes de sus maridos es porque era lo que predicaba la residual moral victoriana de aquella época. Pero en todo caso es destacable el profundo retrato psicológico de sus personajes, particularmente bien perfilados los femeninos.

Salvando pues la distancia del tiempo y la evolución social, D.H Lawrence es reconocido hoy como uno de los últimos clásicos del siglo XIX, a la altura de los novelistas rusos a los que tanto admiraba.

El oficial prusiano y otros cuentos, es una antología publicada en 2002, que recoge diez relatos cortos del autor, escritos entre 1911 y 1930. Como es normal en historias diferentes, se suceden los narradores, en primera o tercera persona, bien sean protagonistas, testigos u omniscientes. Las descripciones de la naturaleza son minuciosas y en ocasiones poéticas. También los ropajes de los personajes que sirven para encuadrarlos socialmente. Los diálogos son inteligentes y a menudo se utiliza el recurso de la elipsis literaria para destacar lo implícito más allá de lo evidente. El componente autobiográfico aparece con frecuencia, bien sea en las aldeas mineras y los bosques de su Eastwood natal, en la histórica región de Nottingham, o las pulmonías y enfermedades respiratorias de los protagonistas masculinos, fiel reflejo de las que aquejaba el escritor.

Los temas y las ideas subyacentes en los relatos son variadas. En El oficial prusiano, el más extenso y elaborado, la pulsión homosexual reprimida, en concurso con la estricta disciplina, convierte en un infierno la relación del oficial con su asistente. Una crítica al militarismo y la aristocracia militar en la Gran Guerra la encontramos también en La frontera. En otras es la diferencia de clase social la que impide el amor de los protagonistas o lo convierte en algo interesado, así ocurre en El segundón o Las sombras de la primavera.  En La hija del tratante de caballos esa diferencia social y cultural es burlada por la obstinación y la picardía de la protagonista que persigue su objetivo hasta conseguirlo. En Cosas es el propio escritor quien se burla de sí mismo cuando representa los viajes por Europa de una pareja de jóvenes idealistas en continua búsqueda de la belleza y lo espiritual, y su fracaso final. Porque una idea común a casi todas las historias es el daño y el sufrimiento del hombre alienado por el materialismo de la revolución industrial y el capitalismo. 

En fin, se trata de una buena antología que recomiendo a quien pueda aislarse de prejuicios éticos y disfrutar con unas historias de otra época no tan distante de la nuestra pero muy alejada según los valores actuales.

 

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