viernes, 17 de enero de 2025

HISTRIONES. La Irremediable Compañía

 

A los que hayan seguido mis escritos en este blog no les sorprenderá que declare mi afición por el mundo griego y romano. El conocimiento de la antigüedad clásica es imprescindible porque la cultura grecolatina, modulada por el cristianismo posterior, conforma la base de nuestra identidad cultural.

Gracias a esa atracción, esta obra teatral captó de inmediato mi atención. Se anunciaba en el auditorio del Museo Ibero con el título de Histriones, que es el nombre que los etruscos daban a los actores. De otra parte, el cartel de presentación recrea con toda intención el Mosaico de los Actores, encontrado en una mansión pompeyana conocida como Casa del Poeta Trágico.

        Tras asistir a la representación se confirmaron todas mis intuiciones sobre la obra. En mi opinión se trata de una atelana, una particular comedia romana que se originó en la región de Campania. Este tipo de teatro solía tener un carácter satírico, era muy dado a la improvisación de los actores que con frecuencia interpelaban a los espectadores y se mezclaban con ellos. El humor era a base de bromas y chascarrillos soeces que llegaban a lo escatológico, acompañados de mímica y con la ayuda de máscaras que identificaban a unos personajes arquetípicos a la manera de la posterior comedia del arte renacentista. Este humor de risa fácil quizás resultaba un paliativo en una sociedad como la romana en la que la violencia era la norma y estaba acostumbrada a otro tipo de ludi, como los circenses y gladiatorios.

    Histriones me parece que cumple con todos rasgos antes citados, incluso el nombre de algunos personajes como Terencia y Pomponio señalan en esa dirección de comedia atelana.

    La representación ha estado a cargo de La Irremediable Compañía que ha resultado un agradable descubrimiento personal. Se trata de una agrupación de teatro experimental y alternativo creada en Linares por Ana Gómez y Manuel Flores, ambos actores y directores con experiencia en montajes teatrales con finalidad didáctica y turística. Junto a ellos, un elenco de siete actores, dramaturgos, cantantes y músicos. Tengo que decir que la comicidad de la trama, la mímica impúdica y las insinuaciones obscenas propias de este tipo de comedia provocaron la hilaridad del público asistente que agradeció con fuertes aplausos la actuación. Pero en mi opinión, más allá de la improvisación y el humor, es más destacable aún el empeño de fidelidad en la recreación histórica del teatro en la antigua Roma. Al margen de lo dicho, Histriones me hizo evocar una escena de la película el Satyricon de Fellini que también reproduce lo que eran las atelanas, aunque con un punto de crueldad en su caso.

    Para terminar, un merecido aplauso y felicitación para La Irremediable Compañía y mi deseo de que sea reconocida con el éxito la calidad de ésta y futuras producciones



 


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