El dinamismo cultural y una prolífica, aunque tardía vocación literaria, son los rasgos que mejor definen la carrera de la escritora Rosa Regás (1933). En el primer aspecto destaca su papel como directora de la Biblioteca Nacional de España y su proyecto renovador y modernizador de la institución que alcanzó buenos resultados, pero suscitó las críticas de la oposición política. En lo literario, ostenta una abundante producción de ensayos y relatos cortos. La nómina de sus novelas se reduce a seis, pero dos de ellas premiadas. Con Azul (1994) alcanzó fama y el reconocimiento del prestigioso Nadal en 1994. Con ésta que hoy nos ocupa fue premiada con el Planeta. El conjunto de su obra narrativa se caracteriza por el tono intimista, un buen retrato de los personajes y ciertos matices autobiográficos, más o menos explícitos.