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lunes, 23 de junio de 2025

SOSTIENE PEREIRA. Antonio Tabucchi

Hay aforismos que se repiten con insistencia. Dos de ellos son: La Historia es cíclica. Los pueblos que no conocen su historia están condenados a repetirla. Ahora, cuando surgen en Europa y América movimientos de ultra derecha, nacionalistas y supremacistas y se reproducen sin pudor símbolos y gestos neofascistas, viene más a cuento la lectura de este libro que parece confirmar aquellas teorías.

martes, 29 de abril de 2025

APEGOS FEROCES. Vivian Gornick

 

El feminismo como movimiento que persigue la liberación de la mujer y su equiparación en derechos con los hombres cuenta ya con dos siglos de historia. Desde unas pocas primeras precursoras ideológicas en el siglo XVIII, evolucionó por olas, desde la primera con las sufragistas como protagonistas, a principios del siglo XX, se diversificó después en distintas corrientes como el feminismo socialista o marxista y el feminismo radical, que propone una reordenación en lo social que tienda a eliminar la supremacía masculina.

miércoles, 6 de noviembre de 2024

EL PRÍNCIPE DESTRONADO. Miguel Delibes

La novela, como género literario, se desarrolla en torno a un eje central, el relato de ficción y las ideas que trascienden al mismo, en suma, el contenido argumental. Pero en ocasiones la forma, la estructura narrativa, puede ser igual de importante y destacar por su originalidad. Creo que este es el caso del libro que hoy comento, un encargo de mi club de lectura. Esa importancia estructural la veo confirmada en la edición de Austral que tengo en mis manos, en la cual el introductor y comentarista, Antonio A. González Yebra, abunda en anotaciones y un extenso análisis de la obra, con tan clara intención didáctica que al final incluye un comentario de texto con preguntas claramente dirigidas a los estudiantes de bachiller. 

miércoles, 23 de octubre de 2024

LA VIDA NEGOCIABLE. Luis Landero

Luis Landero (1948) es sin duda una de las figuras señeras de nuestra literatura. Aunque no me atrevo a decir que sus novelas se cuenten como éxitos editoriales, sí pienso que se trata de un autor de culto, es decir, alguien cuya obra es muy apreciada por los escritores contemporáneos, aunque no sea de lectura masiva. Un reconocimiento avalado por una extensa nómina de premios.

martes, 20 de febrero de 2024

EL QUINTO HIJO. Doris Lessing

       Hace años tuve ocasión de comentar la dilatada biografía de   Doris Lessing (1919-2013). Fue en una entrada de este blog referida a su primera novela, Canta la hierba (1950). Por eso ahora me limitaré a resumir las principales ideas que la autora quiso reflejar evolutivamente en su no menos extensa producción narrativa: Marxista juvenil y finalmente liberal tras su desilusión por los crímenes del estalinismo. Militó como anticolonialista, anti-apartheid y feminista. Todo ese ideario infiltró su vida y su obra de un potente contenido social y político.

miércoles, 7 de febrero de 2024

TEMPORADA DE AVISPAS. Elisa Ferrer

    Elisa Ferrer (1983) puede ser una escritora emergente en el heterogéneo y complicado panorama editorial español. Y eso gracias a esta su primera novela, ganadora del XV Premio Tusquet Editores de 2019, concedido por unanimidad de un jurado presidido por Almudena Grandes, una referencia que es para mí suficiente garantía de calidad.

jueves, 14 de septiembre de 2023

HABLAR SOLOS. Andrés Neuman

Si pensamos en la intención con que se escribe una novela, están las que pretenden entretener o divertir, las que añaden la divulgación a la evasión y por fin aquellas que apelan directamente a lo visceral, a nuestros sentimientos y emociones más íntimas. Esta que ahora comento pertenece a ese último grupo. El autor es Andrés Neuman (1977), poeta y narrador en plena madurez literaria que cuenta ya con un considerable palmarés de premios. Pasó la infancia en Argentina y el exilio de sus padres en España   propició su formación en filología hispánica y el desarrollo de su carrera literaria en nuestro país.

martes, 27 de junio de 2023

TIERRA DE CAMPOS. David Trueba


 

David Trueba (1969) es sin duda un artista polifacético. Esa es la conclusión que sacamos cuando revisamos sus datos biográficos en la red. En su currículum se destacan, en aparente orden de prioridad, los siguientes datos: escritor, periodista, director de cine, guionista, actor y se puede añadir letrista musical. No sé si ese orden refleja las preferencias del propio autor, la actividad artística en la que se siente más realizado. En cualquier caso, el reconocimiento de crítica y público le ha llegado a menudo en sus trabajos como guionista y director de cine. Eso al menos es lo que refleja su palmarés de premios.

martes, 30 de mayo de 2023

VAGALUME. Julio Llamazares

Hoy doy comienzo al comentario con un pensamiento o sensación particular que puede parecer un tanto radical: Desde hace algún tiempo me aburren esas interminables novelas que alargan la trama a base de aclaraciones innecesarias o digresiones sin sentido, con el inconfesable objetivo de alcanzar el número de páginas necesario para justificar el precio de venta. Pura literatura al peso. No sé si el cansancio lo provoca mi evolución como lector o son cosas de la edad tardía. Lo cierto es que valoro más la narrativa capaz de resumir en un relato corto elementos tales como profundidad conceptual y belleza estética, emotividad sin sensiblería o reflexiones y memoria del pasado que sentimos como nuestra.

lunes, 6 de febrero de 2023

VÍA REVOLUCIONARIA. Richard Yates

 

Richard Yates (1926-1992) es uno de esos escritores olvidados y recuperados con el paso del tiempo. Autor de vocación tardía y escasa producción literaria, recordado sólo por Revolutionary Road, la primera de sus novelas, que fue muy bien valorada por la crítica y elogiada por autores de prestigio. Después Yates fue totalmente olvidado, aunque en décadas posteriores otros escritores reivindicaron su memoria y la   calidad de su obra. En España esa recuperación quizás tuvo que ver con la versión al cine de la novela que en 2008 dirigió Sam Mendez, protagonizada por Leonardo DiCaprio y Kate Winslet, ambos famosos por su interpretación en Titanic (1997).

sábado, 12 de febrero de 2022

SEÑORA DE ROJO SOBRE FONDO GRIS. Miguel Delibes


                No voy a comentar la extensa biografía de Miguel Delibes (1920-2010), ni los numerosos premios y reconocimientos que recibió a lo largo de su dilatada vida. La crítica lo valoró como uno de los principales autores de la literatura española de posguerra, y yo he resumido en anterior entrega los rasgos que mejor definen su figura literaria. Entre ellos me interesa destacar dos: El profundo retrato psicológico de los personajes mediante un lenguaje sencillo sin apenas recursos de estilo y, como fondo de sus relatos, la miseria de su entorno rural castellano, el que ahora llamamos la España vaciada. Una actitud crítica que le valió no pocos conflictos con la censura franquista. El paso de los años y la democracia vigente no parecen haber resuelto del todo ese atraso económico y social, y la cuestión sigue latente.

martes, 1 de febrero de 2022

EL CAMINO DE LOS INGLESES. Antonio Soler

    Esta es la segunda novela de Antonio Soler (1956) que leo a propuesta de mi club de lectura. De la primera, El nombre que ahora digo (1999), ya hice una amplia reseña muy favorable en este blog. Creo, es solo una opinión, que el escritor malagueño queda bastante alejado de la popularidad y los superventas, algo que quizás tampoco pretenda. Sin embargo, ha sido muy elogiado por la crítica literaria y de su producción narrativa la mitad de sus doce novelas han sido premiadas, la que nos ocupa hoy con el prestigioso Nadal.  La explicación me parece clara. Tiene un estilo literario propio que lo define como escritor, guste más o menos. Además, los temas de sus obras inducen a la reflexión y la referencia introspectiva, pero se alejan un tanto de los elementos que caracterizan la literatura divulgativa o de evasión, sin duda la más popular para la mayoría de lectores.

lunes, 17 de enero de 2022

LA CANCIÓN DE DOROTEA. Rosa Regàs

    El dinamismo cultural y una prolífica, aunque tardía vocación literaria, son los rasgos que mejor definen la carrera de la escritora Rosa Regás (1933). En el primer aspecto destaca su papel como directora de la Biblioteca Nacional de España y su proyecto renovador y modernizador de la institución que alcanzó buenos resultados, pero suscitó las críticas de la oposición política. En lo literario, ostenta una abundante producción de ensayos y relatos cortos. La nómina de sus novelas se reduce a seis, pero dos de ellas premiadas. Con Azul (1994) alcanzó fama y el reconocimiento del prestigioso Nadal en 1994. Con ésta que hoy nos ocupa fue premiada con el Planeta. El conjunto de su obra narrativa se caracteriza por el tono intimista, un buen retrato de los personajes y ciertos matices autobiográficos, más o menos explícitos.

viernes, 3 de septiembre de 2021

CARTA DE UNA DESCONOCIDA//LEPORELLA. Stefan Zweig

 

        En varias entradas anteriores he glosado de sobra la figura de este escritor reconocido como un clásico del XX y uno de mis autores favoritos. Stefan Zweig (1881-1942) desarrolló, en efecto, toda su producción en la primera mitad de ese siglo pero, admitiendo su personal estilo literario, no dejo de reconocer en el mismo claros rasgos de los movimientos artísticos del XIX: la precisión descriptiva del realismo junto al dramatismo propio del romanticismo. La influencia de este último me parece tan evidente que me atrevería a calificar al escritor como un posromántico, el último y anacrónico de los románticos.

lunes, 21 de junio de 2021

ELEGÍA. Philip Roth


Cuando un libro es mi primer contacto con el autor tengo por costumbre repasar previamente su biografía en la que suelo encontrar datos que luego me ayudarán a comprender mejor la lectura porque, en mayor o menor medida, el escritor siempre entrega algo de sí mismo en sus escritos y en ellos podemos reconocerlo. Lo dicho es importante en el caso de la novela que hoy comento, una de las últimas en la extensa producción de un autor muy dado a la introspección y el intimismo literario.

jueves, 21 de enero de 2021

EL BESO DE LA MUJER ARAÑA. Manuel Puig

     Si después de leer esta novela repasamos, aún de forma somera, la biografía del escritor argentino Manuel Puig (1932-1990) encontraremos concentrados en ella rasgos, ideas y obsesiones que lo definieron como persona y son elementos inspiradores de la misma. Homosexual plenamente asumido, muy influenciado por el psicoanálisis y el existencialismo (Sartre). Obsesionado por el cine desde la infancia, fue guionista y director frustrado, y en literatura se le reconoce como innovador por la introducción en su narrativa  de algunas técnicas cinematográficas.

    A pesar de lo dicho, la que posiblemente sea su mejor novela, El beso de la mujer araña (1976), no me parece una obra autobiográfica, aunque la trama ficcional parezca intensamente infiltrada por la psicología del autor.

    En la descripción del argumento, creo que será un resumen adecuado citar la sinopsis de contraportada: “Durante la dictadura militar argentina, un activista político [Valentín Arregui] y un homosexual [Luis Alberto Molina] comparten la celda de una cárcel bonaerense. Para paliar la soledad y el continuo miedo a la tortura, ambos presos conversan largamente. Mientras el activista político rememora su pasado y fantasea sobre su futuro, el homosexual se aferra a una realidad diferente, romántica y soñadora”. Solo Añadiré que Valentín representa la racionalidad encaminada a la acción y Molina es todo sentimiento y emotividad, el hombre que desea ser mujer.

    En los primeros capítulos se traza un profundo y definido perfil psicológico de los personajes, que evolucionan y cambian conforme avanza la relación entre ambos mientras la trama prosigue hacia un desenlace que, aunque previsible, no presentimos del todo.

    No me interesa extenderme más en los entresijos del relato. Solo diré que es intimista y sentimental con tendencia al melodrama. En cuanto a la posible intencionalidad política, o reivindicativa de la homosexualidad, me parecen aspectos secundarios. No obstante, durante la dictadura militar la novela fue prohibida en Argentina por esos motivos.

    Quiero centrar mi comentario en cuestiones estructurales de cierta originalidad, bien porque aluden a los gustos estéticos del escritor o por actuar como refuerzo de algunas ideas que me parecen trascendentes en la obra. Me refiero a la indefinición, la ambigüedad e incluso la duplicidad que anidan, casi ocultas, en el alma humana.

    Todo el relato - exceptuando algunos párrafos en cursiva a modo de monólogo interior – es un diálogo continuo de los protagonistas, por lo que más que una novela parece el guion de una película. De hecho, su versión a la pantalla fue dirigida por el argentino Héctor Barbenco en 1985, se compuso un musical para Broadway del mismo título y el propio autor la tradujo al teatro, algo que no debió suponer gran esfuerzo en mi opinión.

    Casi toda la acción se desarrolla en el interior de una celda, escenario único y muy teatral. Molina la compara con una isla que paradójicamente aísla y protege de los peligros del exterior al tiempo que favorece la unión física y espiritual de los protagonistas. Para matar el tiempo Molina cuenta a Valentín una serie de películas, algo que asociamos a las Mil y una noches. Unas son de terror, la primera es real, El beso de la mujer pantera (1942) de Jack Tourneur y otra, La vuelta de la mujer zombi, es ficticia pero mezcla de otras dos reales, White zombi (1932) y I walked whit a zombie (1943).  En ambas el terror no es explícito, sino que la tensión está precisamente en lo que no se ve; sombras en la oscuridad y otros efectos visuales o auditivos, en resumen, lo indefinido como amenaza, la ambigüedad o la duplicidad de la mujer zombi o pantera. Precisamente el beso de ésta última sirve al final como paralelismo con el de la mujer araña.  Todas las demás películas son ficticias tales como Destino, una de propaganda nazi en la que la protagonista Leni Lamaison tiene un sorprendente parecido con Leni Reifenstahl, una actriz y cineasta alemana, figura controvertida por su colaboración con el nazismo, pero auténtica innovadora en técnicas cinematográficas. En otras predomina el tono melodramático; amores imposibles, tríos amorosos, sacrificio femenino adobado con tangos y boleros. En la respuesta y comentarios de Valentín a las películas se puede apreciar su evolución. Desde la crítica inicial de los aspectos sociales de las mismas hasta una progresiva identificación con los elementos estéticos y emotivos del argumento.

    Otro aspecto a destacar son las notas al texto que, lejos de aclarar o definir palabras o sentido de frases, son auténticas y extensas digresiones que rompen los diálogos y nos introducen en trabajos de la escuela freudiana acerca de la homosexualidad. De nuevo una de las influencias de Manuel Puig, y de nuevo lo indefinido y lo ambiguo, porque frente a unos estudios que explican causas y consecuencias se presentan otros que los desmienten o defienden teorías contrarias.

    En cuanto al estilo, el texto abunda en modismos y arcaísmos del castellano argentino, con diminutivos típicos del mismo que en ocasiones refuerzan la dulzura y emotividad de los comentarios. Sirva este ejemplo, “sirvientita” por “sirvienta”, que alivia y da cariño a un oficio con cierta connotación humillante.

    Concluyendo. Estamos ante una buena novela, cruda en ocasiones, pero sobre todo emotiva y también triste. Con algunos elementos originales en estilo y estructura que han sido objeto de análisis bastante más profundos que los míos. Algunas publicaciones han incluido esta novela entre las 100 mejores en lengua castellana. Yo no diría tanto, pero todo es cuestión de gustos.

 

jueves, 5 de noviembre de 2020

EL JINETE POLACO. Antonio Muñoz Molina

Cada cierto tiempo retorno a la literatura de Antonio Muñoz Molina (1956) uno de mis escritores favoritos, no siempre de lectura fácil pero con un sentido de la estética narrativa que me atrae como un imán hacia sus novelas. Llama la atención en el autor ubetense el claro reconocimiento oficial de su figura literaria (académico de la Real Academia, Premio Príncipe de Asturias) en contraste con los escasos premios conseguidos por sus novelas. Solo El invierno en Lisboa (1987), la que lo dio a conocer y esta que nos ocupa hoy fueron merecedoras de premios de narrativa. Estamos pues ante un escritor consagrado pero relativamente alejado de los superventas, aunque mantiene un numeroso grupo de lectores fieles entre los que me cuento. Mis opiniones sobre el autor y su obra las he vertido ya en varias entradas de este blog y sin duda redundaré en alguna de ellas.

miércoles, 4 de marzo de 2020

EL CIELO PROTECTOR. Paul Bowles


Paul Bowles (1910-1999) fue un compositor musical, escritor y sobre todo viajero. En esta última faceta, sintió una especial atracción hacia el Sahara, los paisajes norteafricanos y la cultura musulmana de los bereberes, tan alejada de la mentalidad occidental. Ese es el ambiente de todas sus novelas. El desierto exterior como metáfora y contraste con el desierto interior de los protagonistas de ésta, según palabras del propio autor. Paradigma de la soledad, pero también de la instrospectiva reflexión sobre uno mismo. Espacio cambiante de dimensiones infinitas. Lugar de tentaciones diabólicas, milagrosas alucinaciones paulinas y ascesis místico de los eremitas.
El desierto es el telón de fondo de El cielo protector (1949), primera novela del escritor norteamericano, la que le dio la fama y eclipsó en parte el resto de su obra literaria, posteriormente versionada al cine con éxito por Bernardo Bertolucci en 1991. Es la historia de Port y Kit Moresby, una pareja de neoyorquinos en plena crisis conyugal que viajan al norte de África acompañados por su amigo Tunner. Él parece seguir una especie de odisea iniciática en busca de respuestas que den sentido a su vida. Sus reflexiones están impregnadas de una especie de nihilismo existencialista manifiesto en frases como ésta: “tú eres solo tu propio yo desesperadamente aislado”. El propio título es también una metáfora, la azul bóveda celeste de los atardeceres desérticos que nos protege y aísla del vacío exterior.
Desde el principio nos parece que Port Moresby es el protagonista principal de la novela. Su retrato psicológico es complejo y en ocasiones difícil de entender. Se ha dicho que presenta claras similitudes con el propio autor. La más evidente es su atracción por el África sahariana ya que Bowles hizo de Tánger su base de operaciones y donde se instaló definitivamente a los 37 años. Allí recibió a muchos de los escritores norteamericanos de la generación beat. Años antes, en París, conoció a otros escritores compatriotas, los de la llamada generación perdida. De ahí el desencanto, el rechazo a los valores morales tradicionales, la afición a la bebida y las drogas, la libertad sexual y el orientalismo, rasgos del protagonista con un posible componente autobigráfico.
Por el contrario, Kit Moresby presenta unas cualidades de carácter más convencional. Mujer insegura, con cierto grado de superstición, muy dependiente de su marido en el que encuentra seguridad, racionalidad y orden en su vida. Le sigue en su viaje porque pretende recuperar su amor, y para ello recurre incluso a los celos mediante una ocasional aventura sentimental con Tunner, un amante superficial y vanidoso del que no está enamorada.
Poco a poco, partiendo de Tánger, los viajeros se adentran en el Sahara argelino. En la ruta interaccionan con otros personajes secundarios. Algunos como los Lyle, pareja de franceses, madre e hijo, que además de xenófobos guardan secretos inconfesables. En el contacto de Port con los nativos se alternan escenas de descarnado realismo que reflejan la miseria de los lugares, con otras de matizada sensualidad o dramatismo lírico, como el episodio de la bailarina ciega, o el cuento de las tres moras, con resonancias de las Mil y una Noches. No obstante la trama argumental trascurre lenta, como inmersa en el profundo sopor del caluroso desierto. Y cuando ya se acepta que no ocurrirá nada, el lector se ve sorprendido por una ruptura total a partir de la cual la acción se precipita y el foco del protagonismo pasa a Kit, que emprende una aventura que oscila entre la liberadora autoafirmación y la pasiva autodestrucción, hasta terminar en un desenlace abierto a nuestra personal interpretación. Ese original giro argumental justifica de por sí la lectura y la fama de la obra. Pero tratándose de una novela psicológica, en la que el carácter, los sentimientos y pasiones de los personajes son la nota dominante, es difícil profundizar más en este comentario sin desvelar los ejes fundamentales de la trama.
No pretendo establecer comparaciones precisas, pero encuentro un nexo común entre esta novela y otra de Joseph Conrad, El corazón de las tinieblas (1899). El desierto o la selva ecuatorial son algo más que ambiente en ellas. En ambos casos, espacios infinitos que atrapan al ser humano, lo aíslan y le hacen enfrentarse a su soledad y a sus propios miedos, hasta devorarlos y arrastrarlos a la locura o la destrucción.



miércoles, 20 de noviembre de 2019

NUESTRO CORAZÓN. Guy de Maupassant


La vida de Guy de Maupasant (1850-1893) fue corta y nada edificante desde el punto de vista ético. Se le ha descrito como misógino, misántropo y de una exacerbada promiscuidad sexual que le abocó a una prematura muerte, víctima de la sífilis. Pero el arte suele prevalecer frente a la mudable moralidad, y el juicio de la fama resultó favorable hacia el escritor, que actualmente figura como uno de los grandes de la literatura francesa en la segunda mitad del XIX. Fue discípulo de Flaubert y, junto con Émile Zola, se le considera el máximo representante del naturalismo, un movimiento que surgió como reacción al romanticismo imperante en la primera mitad de aquel siglo. Escribió varias novelas, pero es más conocido por sus cuentos. Con el primero, Bola de sebo, alcanzó notoriedad, y en el final de su carrera escribió cuentos de terror que son equiparables en calidad a los de Edgar Allan Poe, muchos de ellos frutos de la demencia, una secuela tardía de su enfermedad crónica.
Nuestro corazón puede ser catalogada en el subgénero de la novela psicológica, también conocida como realismo psicológico, porque en ella se intenta profundizar en el análisis de los sentimientos y emociones de los personajes. Se desarrolla en el ambiente de los salones de la nobleza y alta burguesía francesa, en el último tercio del XIX. Un mundo culto y refinado frecuentado por escritores y artistas, pero también hipócrita y superficial. En uno de ellos reina Michèle de Burne, una joven viuda rica y coqueta, narcisista y vanidosa, que mantiene en torno suyo toda una corte de antiguos amantes, escritores, artistas y nobles, todos atraídos por su belleza, por su conversación inteligente y por una inagotable capacidad de seducción que los mantiene ligados a ella, celosos los unos de los otros, recogiendo las migajas de un amor sin esperanza.
A ese círculo tiene acceso André Mariolle, hombre maduro y atractivo, de riqueza heredada. Una especie de diletante, con ciertas aptitudes pero sin ambición de destacar en nada. En un primer momento, conocedor de la fama de su anfitriona, parece escéptico ante su atractivo, pero finalmente no puede evitar caer en sus redes. A partir de ahí se desarrolla una historia en el más puro estilo romántico. Maupassant, utilizando un narrador omnisciente en tercera persona, con ánimo de distanciada objetividad, analiza en sus personajes los sentimientos y emociones de la pasión amorosa, esa maravillosa ilusión que convierte en sublime lo que es natural; pero también las distintas formas de entender el amor, sus etapas evolutivas y los efectos negativos del mismo; la apasionada posesión, los celos, la frialdad calculada, la frustración del deseo, entre otros muchos matices.
El estilo del relato es aquí sencillo y directo, como suele ocurrir en el realismo. Las descripciones de paisajes, del ambiente y del aspecto físico de los personajes son muy precisas, tanto como la penetración psicológica en los mismos. En particular uno de los asiduos de la mansión de Michèle Burne, el escritor Lamarthe, parece concentrar todo el pensamiento conservador de la época y sus opiniónes sobre el papel de la mujer en esa sociedad están saturadas de tintes misóginos, no sabemos si compartidos o no por el escritor.
Lo primero que pensamos, desde nuestra perspectiva actual, es que la novela es una aguda crítica de la alta sociedad francesa de entonces. Eso es congruente con el carácter misántropo e independiente de Maupassant, que rechazó honores sociales y negó su pertenencia a cualquier movimiento político o literario. Pero a medida que avanza la trama argumental notamos algo más. Y es que el protagonista principal, André Mariolle, se va configurando como el héroe de un folletín romántico en el que todo es excesivo, los celos, las cartas y apasionadas declaraciones, la desesperada frustración, y todo nos hace presagiar un trágico final en suicidio o duelo. Esa exaltación romántica, agotadora y algo tediosa, no cuadra demasiado en una novela realista. Pero en el último tercio del relato se produce un giro inesperado que nos hace presagiar un final que nos sorprende y desilusiona un tanto por su pragmatismo. Entonces entendemos que hemos asistido a una parodia romántica que es en realidad una aguda crítica a los excesos de ese estilo literario tan denostado por los escritores  naturalistas. Algo parecido a lo que Cervantes hizo con las novelas de caballería, sin ánimo de igualar en la comparación.
Para terminar, estamos ante una novela interesante si queremos entender la mentalidad de toda una época. Ahora, desilusionados de la política y escépticos ante los avances sociales, esta lectura nos infundirá un moderado optimismo. Parafraseando a Jorge Manrique: cualquier tiempo pasado no fue mejor.


martes, 30 de julio de 2019

LA LADRONA DE LIBROS. Markus Zusak


El escritor australiano Markus Zusak (1975) alcanzó fama internacional con esta novela que fue superventas, galardonada con varios premios y finalmente llevada al cine. Tras su lectura, debo reconocer que  La ladrona de libros (2005) merece sobradamente el éxito obtenido. Se trata de una obra que puede ser entendida como literatura juvenil, pero también como novela histórica por su ambientación en la Alemania hitleriana.
La literatura en torno al holocausto judío es abundante y siempre nos produce una mezcla de sentimientos, horror y compasión entre otros. La visión de aquel genocidio a través de la mirada infantil resulta aún más dramática y conmovedora a nuestros ojos. Baste citar El Diario de Ana Frank, un testimonio real sobrecogedor, o más recientemente la novela El niño con el pijama de rayas (2006) de John Boyne, que también ha sido adaptada al cine.
La ladrona de libros se llama Liesel Meminger, una niña alemana dada en adopción a la familia de Hans y Rosa Hubermann que viven en Molching, un pueblo ficticio a las afueras de Múnich. La comprensión y la bondad de su padre de acogida le  ayuda a superar el trauma que le produjo la muerte de su hermano pequeño, y con su madre adoptiva, una mujer ruda pero con buenos sentimientos, mantiene una relación tensa pero cariñosa. La historia se desarrolla entre los años previos a la Segunda Guerra Mundial, con el ascenso del nazismo, y  llega hasta la fase final de la misma cuando,  tras la derrota de Stalingrado, comienzan los bombardeos de los aliados. En este periodo Liesel vive su paso de la infancia a la adolescencia en un ambiente de penuria económica y cartillas de racionamiento. Sus vivencias, la relación con los vecinos, su amistad con Rudy Steiner y con Max Vandenburg, un judío escondido en el sótano de su casa, son una continua fuente de emotividad, una apelación directa a nuestros sentimientos más nobles. Los personajes que aparecen sucesivamente en la trama nos ayudan a comprender las distintas actitudes individuales frente a la brutalidad del régimen nazi; desde el fanatismo triunfalista que deviene en frustración suicida, pasando por la egoísta o miedosa indiferencia ante el dolor ajeno, hasta la piedad como valiente forma de reivindicar la propia dignidad humana. 
Liesel siente una especial atracción por los libros y la palabra escrita, que son para ella un paliativo calmante  frente al dolor y el miedo. Un miedo que inicialmente es inquietud ante sucesos que la niña intuye más que comprende, y poco a poco se va haciendo palpable con los acontecimientos para terminar de materializarse en el horror de los bombardeos.
Aunque toda la acción se focaliza en la protagonista, la historia está narrada desde el punto de vista de la Muerte. Una narradora original y desprovista de rasgos macabros como calaveras y guadañas. Tampoco tiene carácter religioso porque al llevarse a las almas en realidad se lleva el ánima, es decir, la animación del cuerpo. Es imparcial pero no totalmente fría porque a veces insinúa cierta compasión. Es incluso poética cuando destaca los colores en el momento de ejercer su función (blanco de la nieve, rojo de las bombas). A menudo se dirige al lector para aclarar el sentido de las palabras o desvelar parcialmente el futuro que conoce. Su papel crece hasta convertirse en un personaje más de la novela.
Me importa no ser más explícito en el resumen del argumento. No quiero arruinar un relato que merece ser leído y apreciado en su emotividad al tiempo que disfrutamos de la variedad de matices y de las ideas trascendentes que lo inspiran. En resumen, una novela que enriquece y de alguna forma nos hace mejores.