martes, 2 de septiembre de 2014

SUEÑOS DE SUEÑOS / LOS TRES ÚLTIMOS DÍAS DE FERNANDO PESSOA. Antonio Tabucchi

Los que somos lectores habituales, más aficionados que expertos, en ocasiones escogemos como lectura el libro más representativo, por famoso o premiado, de un determinado autor sin profundizar más en su obra. Puede que ese libro nos haga descubrir a un buen escritor pero no vamos más allá. De Antonio Tabucchi (1943-2012) leí hace años Sostiene Pereira (1994), su novela de mayor éxito, me gustó y de ahí a otra cosa. Ahora encuentro este nuevo título y debo admitir que me ha resultado más atractivo que aquel, porque de alguna forma tengo la sensación de haber conectado mejor con la sensibilidad del autor, tan impresionado por la poesía de Fernando Pessoa que llegó a convertirse en experto y traductor de su obra al  italiano y terminó enamorado de la cultura portuguesa y de Lisboa, hasta el punto de alternar su residencia entre esta ciudad y la Toscana durante la segunda mitad de su vida.
        Se dice de este escritor italiano que en su juventud fue un lector tenaz y viajó mucho por Europa persiguiendo las huellas de sus autores favoritos en un intento de profundizar en sus vidas y obras. Así fue como encontró a Pessoa que en cierto sentido significó la culminación de su peregrinaje, y pienso que aquella obsesiva indagación juvenil  bien pudo ser el sustrato que después cristalizó en estos relatos escritos en la madurez literaria.
        Sueños de sueños (2000) es una colección de veinte relatos muy cortos en los que Tabucchi fabula sobre la vida de una serie de personajes, literatos, pintores, y músicos la mayoría, presentados de forma cronológica ascendente, desde el mitológico Dédalo y los clásicos Ovidio y Apuleyo, hasta Maikovsky y Lorca; unos muy conocidos como el poeta granadino, Goya, o Freud, y otros casi desconocidos -al menos para mí- como Cecco Angiolieri o François Villon.
        Estos cuentos mezclan fantasía y realidad en una especie de biografía ficticia que se ha considerado como un micro-género literario cuyo iniciador fue el escritor francés Marcel Schwob (1867-1905) con sus Vidas imaginarias (1896), que leí hace años. De este mismo género he leído algunos relatos cortos de Marguerite Yourcenar (1903-1987) y creo que también pertenecen al mismo los cuentos de Jorge Luis Borges (1899-1986) reunidos en Historia universal de la infamia (1936). Lo original de Tabucchi en esta colección lo expresa bien el título, la fantasía del escritor sobre los sueños de otros, es decir, una licencia literaria, la ficción dentro de la ficción. En sus sueños, los personajes redimen sus culpas, presienten su trágico destino, se rebelan contra el mismo, o lo asumen con resignación. Entre lo onírico y a veces la pura alucinación mental, patológica o inducida, afloran las obsesiones que modularon sus vidas y condicionaron sus obras. Es en suma la visión subjetiva y emotiva del autor respecto a los escritores y artistas que más le impresionan, a los que hace traspasar los límites de su propia biografía para convertirse en personajes dramáticos.
        El lenguaje es elegante y conciso, impresionista, impregnado de simbolismo y alusiones, que permite interactuar a los personajes con los fantasmas de sus creaciones y termina por desvelarnos aquellas partes más íntimas y ocultas de su personalidad. Un estilo que, trascendiendo lo literario, recuerda mucho a dos de los protagonistas, Goya Debussy, precursores del impresionismo pictórico y musical.
        Como es lógico, estas otras “vidas imaginarias” apelan a la sensibilidad del lector buscando su complicidad que será tanto mayor cuanto más familiarizado esté con los personajes históricos que protagonizan los cuentos. Como esto no siempre es posible, al final de los mismos se incluyen unas breves notas, no frías y objetivas, sino tamizadas por la subjetividad del escritor resaltando los rasgos  biográficos que más llamaron su atención. 
        El libro se completa con Los tres últimos días de Fernando Pessoa un relato breve pero de mayor extensión que los anteriores. El título es de nuevo bastante explícito respecto al argumento. Fernando Pessoa, aquejado de cirrosis en fase terminal, ingresa en un hospital acompañado de sus amigos. Cuando se queda sólo, entre sueños y alucinaciones provocadas por el láudano, recibe la visita de sus heterónimos; Álvaro de Campos, snob, nihilista y homosexual; Alberto Caeiro, el maestro precursor, el padre que no tuvo; Ricardo Reis, monárquico, materialista, imitador de los clásicos; Bernardo Soares, humilde, soñador y poeta lírico; Antonio Mora, pagano y latinista. Todos dialogan con el escritor, van a despedirse pero en realidad van a reunirse con él. Esta historia imaginada de los últimos momentos de Pessoa tiene en mi opinión un sentido alegórico en tanto que simboliza la reconciliación final con sus propias contradicciones, esas que le obligaron a desdoblarse en múltiples personalidades, una pluralidad que, antes de la muerte, vuelve a integrarse en un todo. Al final Tabucchi por boca del poeta portugués hace un canto a la imaginación y la fantasía como motor del alma humana.

        Para terminar quiero comentar que los relatos ofrecen otros muchos aspectos originales que sería prolijo enumerar. Para muestra un ejemplo; El escritor escocés Robert Louis Stevenson, joven y convaleciente de su tisis, antes de iniciar sus viajes, sueña con los días previos a su muerte en Samoa y en su sueño recuerda su pasada vida viajera, lo cual convierte su visión onírica en una profecía de futuro. En fin, la imaginación que hace volar al Minotauro con las alas de Ícaro.

1 comentario:

  1. ¡A mí me ha gustado el libro!
    Se lee muy bien porque es breve y muy conciso en lo que expresa.
    Son sueños ajenos y de personajes importantes, y la creatividad es evidente.
    Me gusta mucho la manera de escribir y de decir del autor.
    En los últimos días de Pessoa, intenta dar el consuelo máximo al escritor con las visitas de sus amigos y crea un ambiente que casi lo ves.
    ¡Felices vacaciones Lope!

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